La Escuela de Robótica de Misiones se ha convertido en un emblema de innovación educativa y un motor de la economía del conocimiento en la provincia. Desde su creación en 2016, la institución ha ofrecido una propuesta disruptiva que fomenta el aprendizaje basado en tecnología, creatividad y resolución de problemas, impactando tanto a jóvenes como a adultos mayores.
La institución no solo busca preparar a sus estudiantes para los desafíos laborales del siglo XXI, sino también construir una sociedad más equitativa y tecnológicamente preparada. Con proyectos que van desde la inclusión digital hasta soluciones tecnológicas innovadoras en aspectos principales de la sociedad misionera, como la agricultura y la salud.
Formación para todas las edades
Los programas de la Escuela de Robótica están diseñados para abarcar diferentes etapas de la vida. Desde Pequebot, un programa para niños de 3 años, hasta Highmakers, dirigido a mayores de 19, la oferta educativa está adaptada para desarrollar competencias tecnológicas y fomentar la creatividad en todos los niveles. Estos programas buscan enseñar habilidades técnicas, confianza y motivar a los participantes a integrarse activamente en el mundo digital y profesional.
Además, se destaca el componente inclusivo, como los cursos orientados a adultos mayores, que promueven la alfabetización digital y el aprendizaje continuo. Los mismos se centran en el uso de herramientas como el correo electrónico, la navegación por internet y la utilización de aplicaciones móviles. A la par que brindan formación en programación básica y robótica, fomentando la integración social. Más de 200 adultos mayores de 72 clubes han participado en estos trayectos.

La institución también pone un fuerte énfasis en la formación de docentes, en este caso de sus “facilitadores”, quienes se encargan de impulsar la información a los estudiantes, para que ellos mismos busquen soluciones. Mediante programas de capacitación continua, los educadores se actualizan en las últimas tecnologías y metodologías de enseñanza. Esto garantiza que los programas evolucionen junto con las tendencias globales y mantengan su relevancia.
Innovaciones tecnológicas aplicadas a la sociedad
Por otra parte, al tratarse de una institución pública, lo más importante es lo que devuelven a la sociedad, la misma que las financia. Esta “remuneración” se traduce en, además de la educación y preparación gratuita de los jóvenes misioneros, proyectos tecnológicos aplicados para mejorar o modernizar aspectos fundamentales de la provincia.
Uno de los proyectos más relevantes desarrollados por estudiantes es el uso de inteligencia artificial para identificar al mosquito Aedes aegypti, vector de enfermedades como el dengue, zika y chikungunya. Este “Sistema Automatizado de Identificación de Aedes Aegypti mediante visión artificial” no solo representa un avance tecnológico, sino también un aporte significativo a la salud pública, ya que permite el control de focos y la detección temprana de posibles epidemias.

Otro proyecto innovador es el desarrollo de un sistema satelital por parte de jóvenes estudiantes, que lograron hacer eco a nivel nacional, destinado a monitorear y prevenir incendios forestales en la provincia. Este proyecto combina tecnología de punta con sensores de temperatura y humedad para identificar zonas de riesgo y actuar de manera preventiva, lo que facilita el trabajo de los bomberos y ayuda a la preservación de la biodiversidad.
En paralelo, la institución también fomenta la creación de tecnologías únicas, como drones personalizados en el marco del proyecto Creá tu propio Drone, una iniciativa que vincula a estudiantes avanzados con las necesidades del mercado laboral. Este proyecto, además de ofrecer un aprendizaje práctico, busca desarrollar soluciones concretas para actividades como vigilancia, agricultura de precisión y monitoreo ambiental.
Asimismo, la Escuela de Robótica participa activamente en iniciativas de impacto social. Por ejemplo, colabora con comunidades rurales para implementar soluciones tecnológicas que mejoren las condiciones de vida, como sistemas de riego automáticos y herramientas para la optimización de recursos naturales.
Reconocimiento internacional
La Escuela de Robótica también ha llevado el talento misionero a escenarios internacionales con la participación de alumnos en torneos a nivel mundial. Un ejemplo es el equipo integrado por Franco Aguirre y Marcelo Benítez representó a Argentina en el RoboChallenge, celebrado en la Universidad Politécnica de Bucarest, Rumania. Compitieron en las categorías de Sumo y Velocista, logrando posicionarse entre los 30 mejores del mundo en “Line Follower” y Minisumo.
Otra de las victorias de las delegaciones misioneras se dio en diciembre de 2024, al ser campeones en el Torneo Internacional de Robótica realizado en Ecuador. El evento contó con la participación de alrededor de 280 robots, y los representantes de Misiones obtuvieron primeros puestos en categorías como Fútbol PRO y Fútbol sobre césped, además de un podio completo en la categoría Drones.
Makerland 2024, el epicentro de la innovación
El evento Makerland 2024 fue otra demostración del impacto de la Escuela de Robótica. Con una demostración de todo lo trabajado durante el año, mezclado con nuevas carreras y desfiles de robots, este encuentro reunió a jóvenes talentos, emprendedores y expertos en tecnología en un espacio donde convergen la innovación, la sustentabilidad y el entretenimiento.
Durante el evento, se presentaron proyectos destacados en áreas como energías renovables, diseño de aplicaciones móviles y soluciones robóticas, generando un espacio de intercambio de ideas, con varias tecnológicas privadas presentes.
También se hicieron presente los distintos proyectos de la Red Maker, que arribó a la capital con trabajos de Salto Encantado, Oberá, Jardín América, entro otros municipios que promedian entre 100 y 500 chicos por espacio maker, lo que supondría -en un cálculo intermedio- un total de 19.250 jóvenes miembros de la educación disruptiva, sin contar a Posadas, donde se alberga una mayor cantidad al promedio.

Desde basureros móviles, limpiadores de residuos, invernaderos inteligentes hasta juegos de la selva, los proyectos a favor del cuidado ambiental resaltan sobre los demás, no porque llevemos la selva en nuestra sangre, sino por el hecho de que un niño de menos de 10 años pueda crear algo tan perteneciente a la ciencia ficción como un robot.