Este jueves, como cada 1° de mayo, se conmemora el Día del Trabajador en la Argentina y en otros países del mundo. El objetivo es reconocer a todos los trabajadores y sus derechos. La jornada recuerda la lucha por adquirir mejores condiciones y contratos laborales.
Además, sirve como una oportunidad para reflexionar y abordar los desafíos laborales actuales, como la precarización laboral, la desigualdad salarial, el desempleo y otros temas que afectan a los trabajadores en todo el mundo. Es un recordatorio de los avances logrados gracias a la organización y el activismo, pero también de las metas pendientes por alcanzar.
Todo surgió en la lucha de la clase obrera en los Estados Unidos para conseguir derechos laborales inexistentes por aquel entonces. El deseo de estos trabajadores era cumplir una rutina de 8 horas que fue fundamental para sumar descanso en el día de trabajo.
La fecha se inspira en un lamentable suceso que tuvo lugar durante una sangrienta represión en la fábrica McCornick, en Estados Unidos.
Fue en 1886 que se llevaron a cabo decenas de protestas de trabajadores del sector obrero en la ciudad de Chicago, Estados Unidos. Exigían ser reconocidos por su labor, mejorar sus contratos y la reducción de la jornada laboral, la cual era entre 12 y 18 horas diarias.
Es así que, hacia finales de abril de ses mismo año, se popularizó el lema “Ocho horas para el trabajo, ocho para el sueño y ocho para la casa” por parte de la agrupación “Noble Order of the Knights of Labor” (La Noble Orden de los Caballeros del Trabajo en inglés).

Día del Trabajador ¿quiénes fueron los Mártires de Chicago?
Los Mártires de Chicago fueron un grupo de activistas laborales y anarquistas que fueron procesados y condenados en relación con manifestaciones en favor de la jornada laboral de ocho horas en Estados Unidos.
Los eventos que llevaron a su condena se centran en particular alrededor del 1 de mayo de 1886. Seguido de días de protesta culminando el 4 de mayo con el incidente conocido como el atentado de Haymarket en Chicago. Durante este último evento, una bomba explotó en medio de una manifestación en Haymarket Square. En el episodio murieron varios policías y manifestantes.
En el caótico contexto de lucha por los derechos laborales y las tensiones sociales de la época, las autoridades arrestaron a ocho hombres. Los acusaron de conspiración y de instigar la violencia. Los acusados fueron August Spies, Albert Parsons, Adolf Fischer, George Engel, Louis Lingg, Michael Schwab, Samuel Fielden y Oscar Neebe. A pesar de la falta de evidencia directa que conectara a todos ellos con el lanzamiento de la bomba, fueron juzgados en un contexto de fuerte hostilidad hacia el movimiento obrero y particularmente hacia sus facciones más radicales.
Cuatro de los acusados fueron condenados a la horca y ejecutados (Spies, Parsons, Fischer y Engel), uno se suicidó en prisión antes de su ejecución (Lingg), y los otros tres recibieron largas condenas de cárcel (Fielden, Schwab, y Neebe), aunque más tarde fueron indultados en 1893 por el gobernador de Illinois, John Peter Altgeld, quien cuestionó la validez del juicio y señaló la falta de pruebas que directamente asociaran a los condenados con el acto de violencia.