Zulma Miño es una paciente del Hospital SAMIC de Oberá. Resaltó la atención médica recibida -sin costo alguno, gracias a que son absorbidos por el Estado-, y destacó el valor de la salud pública en situaciones críticas. La mujer, de 49 años, atravesó una grave intervención por una peritonitis y ovarios sangrantes. Su caso refleja cómo el sistema público responde con rapidez y eficacia, lo que permitió que salvara su vida. Otro aspecto a destacar es que carece de obra social, por lo que se sintió muy agradecida por la contención recibida.

Miño es una comerciante de la ciudad, está casada hace 25 años y es madre de dos hijos. Siempre priorizó el esfuerzo familiar y, durante dos años, postergó controles médicos para dedicarse a atender su negocio, su hogar. No fue hasta que un dolor insoportable la llevó al hospital en abril de este año. “Aguanté trabajando hasta que ya no pude más”, relató en diálogo con canal12misiones.com. Su historia ejemplifica las dificultades de muchas personas que se ven sorprendidas por problemas de salud, al ser sobrepasadas por un cúmulo de responsabilidades cotidianas.
El desencadenante se dio en un fin de semana de agonía. Tras soportar malestar, el domingo 14 de abril ingresó al SAMIC por guardia, donde la atendieron de inmediato. “Me hicieron análisis de sangre, ecografía y tomografía en minutos. Los diagnósticos revelaron una peritonitis por apéndice complicada, con hemorragias en ambos ovarios”, explicó. Este cuadro puso en riesgo su vida, pero en menos de dos horas ya estaba en quirófano.

La intervención, que duró cerca de tres horas, fue exitosa. Miño destaca la coordinación entre el equipo de ginecología y cirugía, así como el seguimiento durante su recuperación. “Estaba operada y en la cama en un abrir y cerrar de ojos”, afirmó. Aunque el alta llegó antes de Semana Santa, su convalecencia demandó varios días más.
Su experiencia transformó su percepción sobre la salud pública. Antes, escuchaba opiniones divididas sobre el SAMIC, pero al vivirlo en carne propia, valora su rol vital. “Para gente humilde o de clase media, es una red de contención”, aseguró.

El caso de Zulma Miño subraya la importancia de hospitales públicos en Misiones. Sin ellos, pacientes sin cobertura social quedarían desamparados ante emergencias complejas. Su testimonio también invita a reflexionar sobre la prevención: “Nunca hay que dejar de chequearse”. Hoy, ya recuperada, agradece el trato humano y la expertise de los profesionales que, pese a las limitaciones, priorizaron salvarle la vida.
En este contexto, el SAMIC Oberá es referente en la región por su alta complejidad. Según datos oficiales, atiende a más de 300 mil personas anuales, muchas sin otra alternativa. Historias como la de Zulma exponen sus logros, mientras reafirman que la salud es un derecho.