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Written by 6:18 pm Economía, Empresas, Locales, Sociedad

El boom de cafeterías posiciona a Posadas como polo de inversiones

En la capital misionera crece el consumo de café y con él la apertura de nuevas franquicias de cafeterías. Marcas locales como Caffé París, CBP y Larica destacan cómo se transformó el hábito de tomar café en una experiencia cultural.

El café gana terreno de manera sostenida, especialmente en Posadas. En los últimos años, la capital provincial vivió una transformación en sus hábitos de consumo, y se posicionó al café como una bebida cada vez más elegida. Esta nueva cultura cafetera va de la mano de una ola de inversiones que consolidan a Posadas como un polo atractivo para emprendimientos gastronómicos.

“En otoño e invierno, servimos entre 150 y 200 cafés por día”, cuentan desde Caffé París. En este local, que lleva una década en la promoción del café de especialidad, explican que el espresso es la base sobre la cual desarrollan una variada carta de preparaciones. “Cuando empezamos, tuvimos que formar al público. No existía una cultura cafetera como ahora. Hoy cada vez más gente se acerca, aprende, y elige con criterio”, recordaron.

El fenómeno no es aislado. La demanda por nuevos sabores, la curiosidad por probar distintos orígenes de granos y una forma distinta de disfrutar el café se refleja también en la apertura de nuevos locales y franquicias. Algunas cafeterías ofrecen café al paso, otras lo fusionan con la coctelería. Muchas son elegidas como espacios de reunión, trabajo o estudio. Las cafeterías ya no son solo lugares de paso, sino puntos de encuentro.

Inversiones, franquicias y café: una fórmula en expansión

El auge del café en Posadas no solo responde a un cambio en los gustos del consumidor, sino también al crecimiento urbano y comercial de la ciudad. En los últimos años, marcas nacionales comenzaron a mirar a la capital misionera como un destino estratégico para sus franquicias, atraídas por el dinamismo de su economía y el potencial del sector gastronómico.

Este escenario se traduce en nuevas aperturas: desde cafeterías con estética minimalista hasta locales que combinan cafetería y panadería de autor. Las inversiones dinamizan el rubro, generan empleo y diversifican la oferta para un público cada vez más exigente. En este contexto, las marcas locales no se quedan atrás.

CBP se especializa en cafés de origen brasileño y se adapta a todas las estaciones. “Tenemos una carta amplia con opciones frías y calientes para ofrecer café todo el año. Además, trabajamos con coctelería de café para eventos, algo que hasta hace unos años ni existía en Posadas”, explican.

Larica, que originalmente fue una pastelería, dio un giro a su propuesta y se volcó al café de especialidad con granos colombianos. “Nosotras fuimos a testear el grano en Buenos Aires porque queríamos ofrecer algo de calidad. El café es un arte, no es solo cuestión de hervir agua y servir”, aseguran sus dueñas. Para ellas, el consumidor posadeño ya no se conforma con cualquier café: busca calidad, aromas definidos, un sabor a punto y atención personalizada.

Del ritual social a la experiencia sensorial

Los testimonios de las cafeterías coinciden en que el café dejó de ser una excusa para juntarse a charlar y se convirtió en protagonista. “Antes la gente pedía un café solo para tener algo en la mesa mientras hablaban. Hoy te piden un tipo específico de café, saben lo que quieren, disfrutan el sabor”, dicen desde Larica. Esta transformación va acompañada de una mayor información: los clientes aprenden a distinguir variedades, orígenes, métodos de preparación y hasta se animan a preparar café de especialidad en sus casas.

En paralelo, las cafeterías se consolidaron como espacios multifuncionales. Desde reuniones laborales hasta tardes de estudio, el café acompaña jornadas intensas con un toque de placer. Caffé París detectó este cambio desde hace tiempo. “La cafetería se volvió un lugar de encuentro. Algunos vienen a trabajar, otros a relajarse, pero todos quieren un café bien hecho. Y ahora hasta compran café fraccionado para llevar a sus casas. Eso antes no pasaba”.

Las redes sociales también juegan un rol clave en la difusión de esta nueva cultura. Las cafeterías posadeñas cuidan la presentación de sus productos, comparten recetas, muestran el detrás de escena de la preparación del café y abren espacios para talleres y catas. Así, alimentan una comunidad de amantes del buen café que crece cada día.

El boom cafetero en Posadas es síntoma de algo más profundo: una ciudad en transformación, que combina identidad regional con apertura a nuevas tendencias. Las franquicias llegan atraídas por un público en expansión, pero son las marcas locales las que sembraron el camino, educaron al consumidor y posicionaron al café como parte del estilo de vida posadeño. En la tierra del mate, el café encontró su lugar. Y vino para quedarse.

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