En un contexto donde el contrabando de huevos desde países vecinos genera preocupación entre productores y autoridades, la discusión sobre la calidad de lo que se consume cobra mayor relevancia. Las Guías Alimentarias para la Población Argentina (GAPA) recuerdan la importancia de garantizar la inocuidad de los alimentos y promueven prácticas que apuntan a proteger la salud de toda la población.
Mantener estándares de calidad es un compromiso de todos. Por eso, el manual subraya la importancia de la regulación de alimentos para proteger a los consumidores y asegurar productos en góndolas y mercados. Todos los alimentos vendidos en Argentina, incluyendo los importados, deben cumplir con el Código Alimentario Argentino.
El rotulado correcto es una herramienta clave. Cada envase debe brindar información clara, visible y veraz sobre nutrientes críticos como sodio, azúcares y grasas, ayudando a elegir opciones más saludables. Frente a dudas, la recomendación es contactar a la oficina bromatológica de cada municipio o consultar la página de ANMAT, autoridad nacional en la materia.
Manejo seguro: prácticas cotidianas que hacen la diferencia
Elegir alimentos de calidad es solo el primer paso. Su conservación y preparación son igual de relevantes para evitar riesgos. El GAPA destaca acciones concretas:
Agua segura: Consumir ocho vasos diarios de agua potable. Si se duda de su calidad, se puede potabilizar hirviendo o agregando lavandina apta para desinfección. Mantener los recipientes limpios y tapados es esencial para prevenir contaminaciones.
Frutas y verduras: Lavarlas siempre con agua segura. Las de hoja pueden sumergirse unos minutos en agua con vinagre o limón. Al comprarlas, preferir las frescas y verificar la fecha de vencimiento en las enlatadas o congeladas.
Lácteos: Revisar la integridad de los envases y la fecha de vencimiento. Conservar la leche de larga vida en la heladera una vez abierta.
Carnes y huevos: Cocinar completamente las carnes para eliminar bacterias y parásitos. Mantener la carne cruda en el estante más bajo de la heladera y consumirla en un plazo de tres a cinco días, o hasta seis meses si está congelada. No se debe descongelar y volver a congelar. Los huevos, siempre bien cocidos; evitar recetas con huevo crudo.
Legumbres y tubérculos: Almacenar en envases bien cerrados y en lugares secos. No consumir papas brotadas y lavarlas bien antes de cocinarlas.
Cuidar la salud
La calidad de los alimentos no solo depende de su origen o procesamiento. También se juega en la forma en que se manipulan, almacenan y cocinan. Más aún cuando prácticas ilegales, como el ingreso de productos sin control sanitario, ponen en riesgo la seguridad de lo que llega a la mesa.
Seguir las recomendaciones del GAPA ayuda a reforzar hábitos conscientes y responsables. Elegir bien, verificar rotulados, respetar fechas de vencimiento y extremar la higiene son pasos fundamentales para que cada bocado sume salud y bienestar.
Así, la seguridad alimentaria deja de ser un concepto técnico para convertirse en una práctica diaria que protege la vida de las familias.