El reciente estallido de violencia entre Israel e Irán generó una ola de incertidumbre en los mercados globales, con repercusiones en la economía argentina. A pesar de esta volatilidad, los fundamentos económicos que podrían sostener un crecimiento moderado en el mediano plazo aún no se ven seriamente afectados. Sin embargo, la suba del precio del petróleo implica un doble efecto para el país.
La tensión en Medio Oriente escaló rápidamente esta semana, cuando Israel confirmó que Irán lanzó una serie de misiles balísticos contra su territorio. El ataque fue interceptado en gran parte por las defensas israelíes, manteniendo en alerta máxima a la población. En paralelo, una ofensiva israelí destruyó infraestructura clave en la planta nuclear iraní de Natanz, incluyendo generadores de energía y una sección dedicada al enriquecimiento avanzado de uranio.
Irán, por su parte, denunció ataques sobre zonas civiles, con reportes de decenas de muertos y cientos de heridos, aunque estas cifras no han sido confirmadas oficialmente. La escalada bélica ha generado preocupación en los inversores a nivel mundial y en Argentina, donde el contexto económico ya se encuentra en un escenario delicado.
Los efectos del conflicto en Medio Oriente
En los mercados internacionales, los principales índices bursátiles reaccionaron con caídas significativas: el S&P 500 bajó un 1,1%, el Dow Jones un 1,8% y el Nasdaq 100 un 1,3%. En Europa, el Euro Stoxx 50 y el DAX alemán retrocedieron cerca de un 2%. El oro, en contraste, subió un 1,3%, reafirmándose como refugio en tiempos de incertidumbre, y el petróleo aumentó su precio en un 6%, un dato que resulta paradójico para la Argentina, según publicó Forbes.
Por otra parte, en el ámbito local, el índice Merval en dólares perdió un 3% de valor y los bonos soberanos registraron caídas del 1% al 1,5%. Además, el riesgo país argentino aumentó 3,5%, situándose en 678 puntos, reflejando la mayor percepción de riesgo entre los inversores.
Para la Argentina, el alza en el petróleo representa un desafío, dado que eleva los costos de importación y presiona sobre la inflación, complicando la política económica del gobierno de Milei. Sin embargo, no se espera que este contexto afecte de manera irreversible los planes económicos a mediano plazo, aunque la situación obliga a monitorear la evolución de los mercados y la geopolítica global con especial atención.
