Hace pocos días entramos de lleno al invierno que se presentó con temperaturas frías mañanas y tardes lluviosas. Es por ello que, las cuadrillas de poda de la municipalidad de Oberá tratan de aprovechar al máximo las jornadas soleadas. Es que estamos en Junio y este es uno de los pocos meses del año indicados para los cortes de ramas. Según una regla mnemotécnica los meses apropiados para la poda son aquellos que no tienen “R” en su nombre.

Es por ello, que con movimientos precisos y equipos de seguridad, Marcos Bordín, montado en la canasta, se acerca a las ramas del árbol en que realizará los cortes mientras su compañero Oscar Suárez opera la hidrogrúa. Esta escena cotidiana refleja el trabajo meticuloso de los operativos municipales, donde cada gesto técnico protege tanto al arbolado urbano como a los vecinos. Estas tareas también se realizan observando protocolos de seguridad para resguardar los recursos humanos y las maquinarias
En diálogos con canal12misiones.com, Marcos Bordin, técnico en Gestión y Manejo del Arbolado Urbano expresa un principio de la actividad. “La poda no es solo cortar ramas; requiere entender la biología del árbol y anticipar riesgos”. Marcos, relató que desde pequeño estuvo en contacto con la motosierra, herramienta con la que se crió en la chacra donde vivía con sus padres.

Detrás de cada oficio hay años de experiencia y formación continua. Los trabajadores como Alfredo de Souza, con 33 años en el municipio, combinan saberes aprendidos en chacras familiares con capacitaciones constantes. Cada año, el INTA y el municipio dictan talleres sobre podas correctivas y uso de herramientas, reforzando protocolos de seguridad. Por su parte, Oscar Esteban Suárez, chofer y operador de grúa destacó uno de los aspectos más atractivos de su actividad. “Cada árbol es un desafío distinto; por eso actualizamos conocimientos cada temporada”.
La diversidad de perfiles enriquece el equipo. Bordín, criado en zonas rurales, domina técnicas de trepa “estilo mexicano”; Suárez, ex chofer oriundo de Buenos Aires, quien vino a vivir a nuestra provincia, valora la tranquilidad laboral encontrada en Oberá; mientras que De Souza, con sus cinco décadas de experiencia, indicó que hoy le tocó estar en el suelo con la motosierra. “Acá formamos una familia donde todos aportamos desde nuestras habilidades”.
El clima laboral es otro pilar. Las cuadrillas rotan en tareas complementarias —cortes, logística y limpieza— pero mantienen equipos estables que optimizan la eficiencia. “La confianza entre nosotros es clave cuando trabajamos con maquinaria pesada a metros de altura”, señala Suárez. Este enfoque ha reducido accidentes y mejorado la calidad de las intervenciones en espacios públicos.

Para el intendente Pablo Hassan, estas prácticas ejemplifican la gestión municipal. “Invertimos en capacitación porque un equipo calificado garantiza servicios de calidad”, afirmó durante la presentación del masterplan 2025, que incluye mejoras en infraestructura verde. Los trabajadores destacan esta política: “El municipio nos provee equipos de protección y cursos”, reconoce Bordín.
Más allá del aspecto técnico, los podadores encuentran satisfacción en su labor. “Ver un árbol sano después de meses, o que los vecinos agradezcan por la sombra bien cuidada, no tiene precio”, confiesa De Souza. Para estos trabajadores, Oberá ofrece algo muy valorable: la posibilidad de crecer profesionalmente en contacto con la naturaleza, lejos del estrés de las grandes ciudades.
Con 50 cuadras de arbolado programadas para intervención este año, las cuadrillas siguen cuidando de su ciudad a través del servicio público donde el conocimiento técnico se plasma en cada corte. Como resume Suárez: “Acá no solo podamos árboles; cultivamos calidad de vida para todos los obereños”.