Continúa la conmoción por la muerte de cuatro personas mayores y una menor en el barrio porteño de Villa Devoto por inhalación de monóxido de carbono y en las últimas horas se dieron a conocer las identidades de las víctimas y detalles del momento en el que hallaron a la familia.
Este martes trascendió la triste noticia del hallazgo de los cuerpos de Demetrio De Nastchokine, 79 años; Graciela Just, 74; Andrés De Nastchokine, de 43; Marie Lanane, 42 y Elisa De Nastchokine, 4 años, mientras que un bebé que fue trasladado con vida al Hospital Zubizarreta.
Aun así, el esperado encuentro en la vivienda de los jubilados, ubicada sobre la calle Sanabria al 3700, se convirtió en un infierno.
Mariana, otra de las hijas de Demetrio y Graciela, fue quien se acercó hasta el domicilio y al abrir la puerta se desvaneció, presuntamente también por la inhalación de monóxido.
Un vecino, que observó el momento, fue quien alertó a las autoridades y allí se descubrió el horror.

Qué dicen las primeras pericias del caso en Villa Devoto
Las primeras pericias realizadas en la casa de Villa Devoto donde murieron cinco personas por inhalación de monóxido de carbono confirmaron fallas graves en el sistema de ventilación. La tragedia ocurrió el martes en una vivienda ubicada sobre la calle Sanabria al 3700, y dejó como saldo la muerte de Demetrio de Nastchokine (79), su esposa Graciela Leonor Just (73), su hijo Andrés (43), su nuera Marie Camille Lalanne (40) y su nieta de cuatro años.
Según fuentes ligadas a la investigación, la caldera instalada en la cocina comedor de la casa presentó una falla en su conducto de ventilación. Al parecer, los gases no salían al exterior y se acumularon en el entretecho de la propiedad. Esa situación derivó en la expansión del monóxido por los ambientes cerrados, lo que habría producido la muerte de los integrantes de la familia.
Los peritos también identificaron otras anomalías en la vivienda. Detectaron que una de las rejillas de ventilación estaba tapada con nylon, lo que impidió la correcta aireación del ambiente. Además, las ventanas se encontraban selladas con cinta para impedir el ingreso del frío, lo que agravó la acumulación de gases tóxicos.
Irregularidades en la casa
El falso techo de durlok instalado en la cocina habría contribuido a la propagación del monóxido. Ese revestimiento generó una cámara de aire en la que el gas pudo concentrarse. Según informaron los peritos, el monóxido se filtró por el piso de pinotea hacia las habitaciones ubicadas en la planta alta, donde se encontraron algunas de las víctimas.
Los técnicos de MetroGAS y el equipo de Bomberos de la Ciudad llevaron adelante las pericias. En los ductos de ventilación de la caldera hallaron orificios por donde también se habrían escapado los gases hacia el interior de la vivienda. La Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N° 48 quedó a cargo de la investigación.
El miércoles por la mañana, la cuadra seguía conmocionada. El movimiento en la calle Sanabria fue escaso, contrastando con el despliegue de ambulancias y patrulleros que el martes colmaron la zona. Todo comenzó cuando, cerca de las 16.30, una de las hijas del matrimonio llegó a la casa y descubrió la escena. Mareada, abrió la puerta e inmediatamente un vecino llamó al 911.
Qué dijeron los peritajes
Los agentes de la Comisaría Vecinal 11A acudieron al lugar y encontraron a la mujer, quien explicó que en la casa vivían sus padres, y que allí se alojaban también su hermano, su cuñada y sus dos sobrinos. Los bomberos ingresaron a la vivienda y hallaron en el primer piso los cuerpos sin vida de Andrés, su esposa y su hija de cuatro años. En la misma planta, encontraron al bebé de un año, quien estaba consciente. Fue trasladado de inmediato al Hospital Zubizarreta y luego derivado al Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.
Los investigadores informaron que el bebé sobrevivió porque en la habitación donde se encontraba había una ventana abierta. En la planta superior, hallaron sin vida a Demetrio y Graciela, los abuelos del niño.
Los integrantes de la familia habían compartido una comida la noche anterior al hecho. Andrés, quien residía en Italia, había llegado al país un día antes junto a su esposa francesa y sus dos hijos. El reencuentro fue retratado por uno de sus hermanos en redes sociales, pocas horas antes de la tragedia.
Con el avance de las pericias, los investigadores confirmaron que una combinación de fallas en la caldera, conductos dañados, ventilación obstruida y ambientes herméticamente cerrados desencadenó el escape fatal. La acumulación de monóxido en los espacios cerrados provocó la muerte de cinco personas, y expuso la necesidad de revisar con atención los sistemas de calefacción en los hogares, especialmente durante el invierno.
Más testimonios del caso
Los efectivos al llegar se entrevistaron con una mujer quien afirmó que, cuando ingresó al domicilio de sus padres, donde se encontraban su hermano, su cuñada y sus sobrinos, “se mareó al abrir la puerta principal”.
“En ese momento un vecino la observó y llamó al 911. Al llegar la policía solicitó personal de bomberos, quienes ingresan al lugar. Se trata de una vivienda de planta baja y dos pisos”, detallaron.
Las autoridades informaron a este medio que, en el primer piso, que consta de dos habitaciones, hallaron a la pareja de 43 y 42 años y la hija más grande, sin signos vitales.
En la otra habitación del mismo piso encontraron el bebé, consciente y en aparente buen estado de salud, que inmediatamente fue trasladado al Zubizarreta.
En el segundo piso hay una habitación y allí localizaron al matrimonio de 79 y 74 años, ambos fallecidos.
De manera inmediata personal de bomberos procedió a la apertura de las distintas ventanas y puertas, a fin de ventilar el domicilio. Una vez que el ingreso fue asegurado, personal de SAME constataron las muertes de cinco integrantes de la familia.
“Con respecto al bebé trasladado se encuentra recuperado, dejando constancia que presenta síntomas de intoxicación por monóxido de carbono y será derivado al Hospital de Niños “Ricardo Gutiérrez”, sumaron.
El caso quedó en manos de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°48, a cargo de Eduardo Rosende.