
La zafra tealera terminó en paz. A pesar de un contexto nacional desafiante, el té misionero logró cerrar la temporada con los resultados esperados y con la mirada puesta en los mercados internacionales. El esfuerzo colectivo entre productores, industriales y trabajadores permitió sostener el ritmo exportador incluso en condiciones adversas.
En estos días estamos comenzando las negociaciones para definir el nuevo precio de la materia prima para la próxima cosecha. Lo hacemos con la convicción de que necesitamos un escenario más justo para nuestros productores. El sector carga con una estructura de costos cada vez más pesada: el precio de los combustibles, la quita de subsidios energéticos y un tipo de cambio que, en la práctica, reduce los ingresos por exportación.
Más del 90% del té que se produce en la Argentina se exporta, principalmente a Estados Unidos. Competimos con países como India y Kenia, que tienen contextos macroeconómicos distintos. En ese sentido, mejorar la competitividad cambiaria permitiría fortalecer toda la cadena: mejorar el precio que recibe el productor, sostener el empleo y afianzar la presencia del té misionero en el mundo.
Una economía regional que sostiene empleo
El té es una de las pocas economías regionales que todavía muestran cierta estabilidad. Es una bandera productiva de Misiones que recorre el mundo y que ha sabido ganar su lugar gracias a la calidad, la trazabilidad y las certificaciones que lo distinguen. Sostenemos normas de agricultura sostenible como la RA, la certificación orgánica y el sello de indicación geográfica, que logramos el año pasado y que nos abre puertas en mercados cada vez más exigentes.
A eso se suman desafíos propios de nuestra geografía. Las provincias alejadas del centro del país enfrentan mayores costos logísticos y energéticos. Medidas como la quita de subsidios impactan con más fuerza en esos territorios. Por eso, pensar en políticas que reconozcan esas diferencias es clave para mantener viva la producción en economías regionales como la nuestra.
El camino es el diálogo y la producción
Nuestra expectativa es que este año logremos una buena negociación. No lo digo solo por el té. Muchas economías regionales están en rojo. El país necesita más exportaciones, más producción y más trabajo. Y eso solo se logra con reglas de juego que den previsibilidad, con un tipo de cambio acorde y con políticas públicas que valoren el interior productivo.
Defender al té misionero es defender el trabajo de miles de familias. Y es también sostener una cultura productiva que forma parte de nuestra identidad.
(*) Ministro del Agro y la Producción de Misiones