El centro cultural funciona como un centro de aprendizaje para los jóvenes y como un recorrido para los adultos mayores. Mantiene uno de los registros más antiguos de la provincia, con documentación de 1890.
Desde 2016, con la presencia de la guardaparque Mariana Palma, el museo Cacique Bonifacio Maydana de la Biblioteca Popular Thay Morgenstern de San Pedro se transformó en un centro de interpretación ambiental. De esta manera, puso en valor el patrimonio natural y cultural de la localidad. Es un atractivo más de la Capital de la Araucaria, donde se puede hacer un recorrido por su rica historia.
“Lo que hacemos es conservación del patrimonio. El 70% de la superficie de San Pedro es selva. La comunidad tiene mucha relación con los recursos culturales y naturales de la zona. Aquí hay historias de obrajes y grandes animales”, señaló Palma.
La guardaparques comentó que el museo Cacique Bonifacio Maydana ahora funciona como un centro de aprendizaje para los jóvenes y como un recorrido de nostalgia para las personas mayores. En el lugar también se llevan a cabo distintos eventos culturales con documentos y libros históricos que relatan la antigua vivencia de San Pedro.
“El museo y la biblioteca son un imán para los estudiantes, primarios y secundarios. También para los turistas. Los colegios siempre responden a las convocatorias. A los chicos les mostramos la fina relación entre lo natural y cultural. Suelen maravillarse con el mural de cinco por tres metros que representa a la conformación del pueblo”, comentó Palma.
Hace unos días se presentó el proyecto el libro Malvinas, testimonios de la selva, que recoge el relato de diez sampedrinos que combatieron en la guerra de las islas del Atlántico Sur. Según explicó Palma, esta recuperación de testimonio es el logro más reciente del museo y la biblioteca.
“En el libro se hizo hincapié en un concepto: desde el monte al hielo. Todos los ex combatientes tienen en común que vivían en la colonia, trabajaban en obrajes, llevaban una vida dura”, señaló. Precisamente, “creen que sobrevivieron a la guerra porque tenían la experiencia del duro día a día en la selva, en zonas como Tobuna o Piñal Seco, donde era monte cerrado”, concluyó.
Un trabajo de preservación histórica
En la biblioteca se resguardan colecciones biológicas de interés para la provincia, como la de ofidios y cráneos de animales, que fueron clasificados y recolectados gracias a la colaboración de la Facultad de Ciencias Forestales de Eldorado. Estos registros biológicos se suman a otro de los grandes logros del museo, como lo fue el rescate de 300 mil fotografías de pobladores, a través de la convocatoria La Historia de San Pedro en fotos.
“Otro proyecto es un fondo documental. Hay papeles que datan de 1.890, en los que trabajó una archivóloga especialista en conservación de papel. Entre los documentos hay guías de extracción de madera de tiempos en los que los rollos sacaban en jangada por el río Paraná”, indicó Mariana.
Una de las joyas más admiradas del museo es la colección de piedras talladas a mano, que fueron clasificadas y catalogadas por Lorena Salvatelli, directora del Museo Andrés Guacurarí.
