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Written by 4:22 pm Economía del Conocimiento

Margaret Hamilton, la pionera en programación que llevó al hombre a la luna

Margaret Hamilton, pionera en ingeniería de software. Fue crucial para la llegada del hombre a la luna al diseñar la programación esencial para el Apolo XI. Es un ejemplo como mujer en el ámbito tecnológico.

En el marco del Día Internacional de la Mujer, el rubro de la tecnología y programación de software destaca la labor de Margaret Hamilton. Actualmente, tiene 87 años y es la principal referente femenina en la historia del trabajo que despertó su pasión. Su legado incluye el término Ingeniería de Software, como visionaria de la programación informática. Fue la persona que evitó el desastre durante el aterrizaje del Apolo XI.

Durante muchos años parecía que uno de los mayores hitos del siglo XX, la llegada del ser humano a la luna, hubiera sido cosa de hombres. Y eso no es verdad. Fueron muchas las mujeres que hicieron posible los grandes avances de la carrera espacial. La mayoría de ellas estuvieron en el anonimato durante muchos años, pero por suerte, salieron a la luz.

Compromiso con inspirar a las mujeres

Margaret Hamilton nació el 17 de agosto de 1937 en Paoli, Indiana, Estados Unidos. Comenzó sus estudios de matemáticas en la Universidad de Míchigan y después se trasladó al Earlham College, donde se licenció en Matemáticas en 1958.

La vida de Hamilton empezó a cambiar en 1960, cuando entró a trabajar en el Departamento de Meteorología del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Gracias a sus conocimientos en matemática, fue una de las encargadas en diseñar el software que permitía predecir el tiempo utilizando los ordenadores LGP-30 y PDP-1.

Posteriormente, se involucró en el proyecto SAGE, como encargada de desarrollar el software para el primer ordenador AN/FSQ-7 que buscaba aviones “no-amigos” en el espacio aéreo norteamericano.

Evitó el fracaso de la misión a la luna

El gran éxito de esta misión militar permitió que Hamilton se pudiera unir al Laboratorio Charles Stark Draper del MIT. En aquel momento, esta unidad trabajaba en el Programa Apolo. Fue la encargada, junto con su equipo, de diseñar parte del software que hacía funcionar el Módulo de Mando y el Módulo Lunar, y probablemente, la persona que evitó el fracaso de la misión.

Minutos antes de que el módulo Lunar alunizara, hubo un fallo que hizo saltar todas las alarmas. Gracias a que el software estaba diseñado se evitó una sobrecarga en el sistema. Según sus propias palabras: “Si el ordenador no se hubiera diseñado para recuperar errores, dudo que el Apolo hubiera aterrizado en la Luna”. Pero lo hizo.

Según cuenta, muchos compañeros de la NASA se burlaron de ella cuando utilizó aquel término “Ingeniería de Software” por primera vez. Lo siguieron haciendo hasta que un día un experto de la programación le dio la razón. Aquel término era correcto y la ingeniería de software una nueva rama de la ciencia.

Reconocimientos y palabra de aliento a las mujeres

El esfuerzo de Margaret fue recompensado en los innumerables premios que recibió a lo largo de su vida. Además del Exceptional Space Act Award de la NASA, vio reconocida su labor con la Medalla Presidencial de la Libertad en 2006, el mayor reconocimiento concedido a un civil en Estados Unidos.

El otro importante legado de Margaret Hamilton es su entusiasmo para animar a las niñas y jóvenes a estudiar carreras científico-técnicas. Estas palabras suyas, son, simplemente, inspiradoras:

“Uno no debería tener miedo a decir “no lo sé” o “no lo entiendo”, o incluso de hacer “preguntas tontas”. Ninguna pregunta es tonta. Aunque las cosas puedan parecer imposibles, aunque los expertos digan que algo es imposible, aunque haya que seguir el camino sola, no hay que tener miedo a estar equivocada, a admitir errores; aquellos que sepan fallar de forma estrepitosa son los que pueden conseguir cosas grandiosas”.

Fuente: Mujeres con Ciencia

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