La fecha fue dispuesta para que se celebrase cada 16 de abril, día del fallecimiento del cantautor Alcibíades Alarcón. Espectáculos musicales, charlas y muestras fotográficas, todo en conmemoración a uno de los máximos exponentes de la música litoraleña.
Con un gran marco de público, se vivió una inmensa fiesta en la explanada de la Plaza Villa Urquiza. Fue sede del Festival del Músico Misionero, donde hubo un despliegue con diferentes propuestas artísticas que supieron hacer vibrar y bailar a las familias que apostaron a disfrutar de la jornada.
El evento se enmarcó dentro del abanico de actividades que planificó el Municipio, donde instauraron la Semana del Músico Misionero. Incluyeron charlas, capacitaciones y muestras fotográficas, todo en conmemoración a Alcibíades Alarcón, uno de los máximos exponentes de la música litoraleña.
La fecha fue dispuesta para que se celebrase cada 16 de abril: día del fallecimiento del cantautor. Se instauró por la Ley Provincial 182/15, Día del Músico Misionero. Por ello siempre es motivo de fiesta y una excelente excusa para celebrar la música litoraleña.
Tiempo antes de la hora pactada, los primeros espectadores coparon las instalaciones en búsqueda de las mejores ubicaciones. Sillones, el infaltable mate y las clásicas chipitas o tortas fritas fueron algunos de los elementos siempre presentes. Cabe resaltar que hubo un paseo gastronómico con típicos platillos de la región, además de stands con artesanos que ofrecieron todas sus creaciones.
Entre los que mostraron todo su arte estuvieron presentes los integrantes del Ballet Folklórico Municipal, quienes fascinaron con sus coreografías. Luego sobre el escenario pasaron Chamamé Chamigo; los Músicos del Palacio; Joakina Jubilla; Tereza Teixeira; Susana Gala; Miguel “Torito” Mendez; Angy Gaona y los Ángeles de la Kachaka y Bebeco Rivero, entre otros artistas que dieron ritmo a la velada hasta llegada la medianoche.
El festival promovió valores como la solidaridad, cooperación, respeto a la diversidad y la igualdad de oportunidades para todos los artistas y participantes. También se destaca el compromiso de toda la población que aún mantiene vigente la preservación de las tradiciones culturales, la promoción de la educación y la investigación sobre la música y la cultura.
El arraigo cultural es tan intenso que hay quienes se esmeran para mantener aún en vilo el retrato vivo de sus personalidades que ya no están. El mes de abril es especialmente representativo para los misioneros. Por este motivo, año a año se mantienen estas propuestas para honrar a quienes supieron dejar su huella en la cultura local.
