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Written by 8:53 am Agro y Producción, Información General

Agroecología y bioinsumos, el camino hacia una producción sostenible

Presentaron un informe sobre el creciente interés en la utilización de bioinsumos en Latinoamérica y el Caribe. El estudio resalta la necesidad de una transición agroecológica que incluyan legislaciones innovadoras como la de Misiones y que exista la colaboración público-privada. 

La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) compartió un informe sobre los bioinsumos de uso agrícola. El estudio fue realizado por los investigadores Rafael Aramendis, Andrés Mondaini y Adrián Rodríguez. Destacaron la importancia de promover su utilización, que hoy día es muy demandada por sus beneficios.

Bioinsumos de uso agrícola: situación y perspectivas en América Latina y el Caribe es el nombre del reciente trabajo que compartió la CEPAL. Allí abordaron la temática que trata sobre el rol de la investigación y desarrollo para abastecer la demanda, así como también de la alianza entre sectores público y privado para planificar estrategias.

Sostuvieron que en Latinoamérica existe un gran interés en el uso de insumos agrícolas de base biológica. En ese sentido, hay dos razones que explican este hecho. La primera tiene que ver con la vulnerabilidad que deriva de la dependencia de los compuestos sintéticos. La segunda se asocia a la preocupación por el impacto en el ambiente y las personas.

Este último es el factor de más larga data. La contaminación del agua, el agotamiento del suelo, la emisión de gases de efecto invernadero y los efectos negativos en la salud humana -tanto de trabajadores agrícolas como de consumidores- son algunas de las razones en la que se sustenta la necesidad de suplantar agroquímicos.

Nuevas legislaciones a favor de los bioinsumos

Rafael Aramendis, Andrés Mondaini y Adrián Rodríguez hicieron foco en los cambios impulsados desde los Estados para contrarrestar esta situación, como lo fue la Ley de promoción de bioinsumos en Misiones. 

“Los efectos en la salud humana y el ambiente asociados impulsaron el desarrollo de legislaciones para regular y limitar su uso, lo que genera una ventana de oportunidad para la innovación”, indicaron.

Frente a ese contexto, los bioinsumos emergen como una trayectoria tecnológica alternativa, tanto para disminuir la dependencia de los químicos como para reducir potenciales efectos externos. Más aún, son vistos como un camino hacia la bioeconomía para generar actividades productivas con valor agregado.

Transición agroecológica

Allí se destaca la agroecología, que en la tierra colorada cuenta con alto potencial. En términos generales, implica la aplicación de los principios y procesos biológicos en la agricultura. Es una forma de resistencia y una alternativa a los cambios que se produjeron en el sistema alimentario como resultado de la revolución verde.

Como tal, tiene por objeto crear agroecosistemas diversificados para imitar los sistemas naturales tan fielmente como sea posible, para así mejorar la producción sostenible y la independencia. El trabajo de Agricultura Familiar es ejemplo de ello, a través del que promueven la soberanía alimentaria.

La idea de imitar a la naturaleza define un patrón productivo compatible con el fin de incrementar el uso de bioinsumos, que potencian los procesos y principios biológicos en que se sustenta la agricultura. Además, la idea de transición sugiere que el paradigma tiene que implementarse en forma gradual. Esto es indispensable para que los productores puedan enfrentar las diferencias y a la vez ser rentables.

Los investigadores resaltaron el interés de las naciones por una transición agroecológica en los sistemas alimentarios. En ese aspecto entran en juego los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que en 2021 propusieron soluciones de producción basadas en la naturaleza como una de las áreas de acción para la transformación de los sistemas alimentarios.

La articulación, esencial para lograr un cambio

A modo de resumen, en el estudio se destacaron varios aspectos:

El poder de decisión de los Estados, que pueden promover la investigación, el desarrollo e incentivar la adopción de bioinsumos por parte de los productores. 

El sector privado, que ve la oportunidad para diversificar sus actividades. 

La comunidad científica, ya que es una gran colaboradora y frente de conocimiento en la industria. 

-En cuarto lugar están los actores del desarrollo rural, que están interesados en reforzar la autonomía de los productores y el apoyo a las buenas prácticas agrícolas.

-Por último, pero no menos importante, se destaca el rol de los productores, que interesados por mejorar el rendimiento de sus cultivos y la salud de sus trabajadores y consumidores, se muestran interesados en cambiar la situación.

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