Investigadoras llevan adelante el proyecto que es financiado por el Inym a través del programa PRASI. Buscan que el producto pueda aplicarse a viveros y que sirva para recuperar yerbales degradados.
El Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia se celebra el 11 de febrero. Fue proclamado en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas con el fin de lograr el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia para las mujeres y las niñas, además para lograr la igualdad de género. En ese marco, se destaca el proyecto de tres investigadoras sobre la producción de un biofertilizante a base de yerba mate que pueda aplicarse a viveros y que sirva para recuperar yerbales degradados.
La investigación comenzó en 2011. Margarita Laczeski, directora del proyecto, Iliana Cortese y Andrea Onetto realizan los estudios de trazabilidad y validación, para comprobar la presencia del biofertilizante en los cultivos y poder asociarlo con el efecto de promoción de crecimiento vegetal.
En diálogo con el programa Neociencia, que se emite todos los sábados a las 9 :30 por Canal 12, Laczeski contó que “el biofertilizante apunta a la aplicación de bacterias que tengan la capacidad de promover el crecimiento vegetal para que obtengamos algún tipo de beneficio en la producción ya sean de los plantines a nivel de vivero o en los cultivos en etapa de cultivo a campo”.
“Continuamos con el proyecto iniciado por la magister Mónica Otegui. En este caso, trabajando con bacterias endófitas esporulantes aisladas de la planta de yerba mate”, añadió. Y explicó que “la palabra endocrinas significa que fueron aisladas de la planta. Y que sean esporulantes, significa que tienen la capacidad de producir esporas que es una etapa del estado de la bacteria que le permite persistir a pesar de las condiciones del clima”.
Cortese indicó que en primer lugar se hizo la secuenciación, el ensamblado y el anotado de los genomas de ambas cepas bacterianas. Lo que sigue es “la detección de las características o distintas secuencias que caracterizan a estas mismas cepas y lo que hacemos es buscar a estas cepas una vez que las inoculamos o las colocamos en las plantines de yerba mate para asociar su efecto de promoción de crecimiento vegetal con la cepa propiamente dicha”, señaló.
“Hacer la detección de estas de estas cepas hace referencia a encontrarlas o identificar las molecularmente para asociar la presencia de estas bacterias dentro de los plantines de Yerba mate con el efecto promotor de crecimiento vegetal o su efecto biofertilizante”, agregó.
Mientras que Onetto indicó que los ensayos mostraron que el biofertilizante funciona muy bien a nivel de vivero. “Esto podría estar relacionado con una menor cantidad de minerales presente en los sustratos. Esta es una característica de los suelos de nuestra provincia y es que son muy ricos en general por ejemplo el fósforo”, aseguró.
Proteger los suelos es fundamental si se asume la responsabilidad de una producción amigable con el ambiente. Los biofertilizantes no solo estimulan el crecimiento vegetal sino que también resguardan y devuelven nutrientes a los suelos degradados.
