La línea de crédito se puso en marcha a mediados de mes para dar respuesta al sector tealero. Está destinada a los secaderos que deseen comprar la materia prima al valor del precio de garantía establecido por la Coproté.
Unos seis establecimientos ya accedieron a la nueva línea de créditos para secaderos de té lanzado por el gobierno provincial a mediados de febrero último. El monto financiado hasta el momento asciende a 270 millones de pesos, según dio a conocer a través de sus redes el ministro de Hacienda Adolfo Safrán.
Esta nueva línea de crédito, que puso en marcha el gobernador Hugo Passalacqua a comienzos de este mes, está destinada especialmente para el sector tealero y ofrece créditos por hasta 50 o 30 millones de pesos para fortalecer la capacidad de compra de hoja verde de los secaderos.
La Tasa Nominal Anual (TNA) de esta línea de financiación es del 60%, un interés muy bajo y conveniente para las empresas beneficiadas, quienes además cuentan con una plazo de 9 meses para devolver el monto en un solo pago.
Montos según el tipo de secaderos
Los créditos por hasta 50 millones, destinados a secaderos medianos, son implementados a través de Banco Macro; mientras que los créditos destinados a secaderos pequeños por hasta 30 millones son gestionados a través del Instituto de Macroeconomía Circular (IMaC, ex IFAI).
“Es importante destacar que esta herramienta financiera puede ser utilizada únicamente para la compra de hoja verde a los productores”, sostuvo Safrán. Y agregó que se trata de “un beneficio generado con recursos provinciales que frente a un contexto muy complicado a nivel nacional permite dinamizar toda la cadena productiva de uno de los sectores más importantes de la economía misionera”.
Desde el Ministerio del Agro y la Producción de Misiones destacaron el compromiso con el desarrollo del sector tealero. Además, resaltaron que -continuamente- se apuesta al diálogo y al trabajo conjunto “para la sostenibilidad de la cadena productiva”.
Se trata de una solución directa a la cadena productiva, en un contexto en el que los diferentes fenómenos climáticos afectaron a la dinámica comercial, cuyas lluvias generaron una sobreproducción de té. En este sentido, Estados Unidos —principal comprador— adquirió a un precio inferior el mismo producto pero proveniente de Kenia y Sudáfrica.
