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Written by 12:18 pm Agro y Producción, Información General

Florentino Ameghino: convirtió su jardín en un vivero

Rosana Kraiewski contó a Canal 12 cómo en un momento difícil de su vida y gracias a su fe encontró un modo de vida. Comercializa desde especies frutales, flores, cactus y hasta plantas de café, manzana y clavos de olor.

Por Leandro Frank

Cada emprendimiento tiene una esencia propia y con frecuencia, están respaldados por historias de lucha y circunstancias que definen una filosofía única en cada actividad. Este es el caso de Rosana Kraiewski una emprendedora de Florentino Ameghino, cuya actividad se forjó gracias a un hecho trascendente en su vida.

En diálogo con Canal 12, Kraiewski, una misionera apasionada por la naturaleza, contó que en un momento delicado de su vida personal, mientras buscaba revertir una difícil situación que afectaba a su familia, encontró su refugio en la fe y una forma de vida.

https://www.youtube.com/watch?v=O1quUTb07ZM&ab_channel=Canal12Misiones

Dijo que un día, en una mañana de oración, observó cómo un rayo de sol iluminaba una hilera de clavelinas que crecían en el jardín de su suegra. Ese momento marcó un antes y un después en su vida. Aseguró que sintió un llamado interior y decidió pasar a la acción.

“Lo primero que pensé fue que tenía que juntar las semillas y plantarlas nuevamente. Comprendí que en ese instante, Dios me estaba guiando”, explicó la emprendedora. Ese fue el inicio de su emprendimiento: Vivero Rosa Flor. El crecimiento de las clavelinas fue “casi mágico, casi a la velocidad de los yuyos de los montes”, añadió.

Así, la emprendedora empezó a reproducir estas plantas en bandejas de tabaco que habían sobrado fruto de su actividad principal, y las vendió a la comunidad de su iglesia.

El apoyo de su comunidad le permitió reinvertir sus primeras ganancias y expandir su vivero con diversas variedades florales y ornamentales. Comenzó así una nueva etapa, caracterizada por la creatividad y la utilización de materiales reciclados, como bolsas de plástico y zapatos viejos, aprovechando cada espacio disponible para cultivar sus flores y plantas.

“Con bidones de aceite hago helechos, con raíces hago orquídeas y así, cada elemento puede ser útil para este trabajo”, explicó Kraiewski.

Su vivero se convirtió en un verdadero tesoro de la naturaleza. Al recorrerlo, se pueden observar desde especies frutales hasta una amplia variedad de flores, cactus y raras especies de orquídeas, frutillas, plantas de café, manzana y clavos de olor.

Hoy en día, la comunidad de Florentino Ameghino y sus alrededores visitan el vivero de la emprendedora en busca de plantas para embellecer sus jardines. Así, no solo logró ayudar a su familia, sino que también encontró su verdadera pasión, atravesada por su amor a la naturaleza.

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