Emprendimientos rurales recibieron el sello agroecológico en la Legislatura. Se trata de productores de Iguazú, Oberá, El Soberbio y Salto Encantado. Conocé el trabajo que se hace en la reserva natural Tapecué de El Soberbio que ya cuenta con el sello agroecológico.
Luego de una transición de cuatro años, y el trabajo interdisciplinario entre productores y entidades provinciales y nacionales, seis nuevos emprendimientos productivos recibieron el sello agroecológico. Fue en el marco del encuentro “La agroecología es el camino hacia la soberanía alimentaria”, que se realizó en la Cámara de Representantes donde productores rurales de Oberá, Salto Encantado, El Soberbio e Iguazú se hicieron de este reconocimiento que garantiza producciones 100% ecológicas, sustentables y orgánicas. Otras 80 chacras se encuentran en transición y 12 ya trabajan bajo este concepto, según datos de Agricultura Familiar de la provincia.
Desde el 2018 la tierra colorada trabaja en el Sistema Único de Certificación Participativa donde chacras y reservas, a través de un proceso de transición de aproximadamente cuatro años, obtienen el sello agroecológico que garantizan sistemas productivo 100% ecológicos, como así también alimentos y productos naturales y saludables.
Estos emprendimientos se suman a otros seis que recibieron la insignia el año pasado y en total son doce las chacras 100% ecológicas en Misiones. Se trata de Chacra Fortaleza de Ricardo Martin, Chacra Yasí Yateré de Rangel Leonardo, Chacra Tapecué Reserva Natural de Paula Matricardi, Chacra Las Orttigas de Harry Ortt, Chacra Eco – Centro Madre Selva de Gastón Martínez, Chacra Ñasaindy de Aquino Isabel, Chacra Silvestre de Ivan Sand, Chacra Aguas escondida de Agustina Navarro, Quinta San Francisco de Asís de Galeano María Irma, Chacra Rancho flores del cielo de Andreia Capelari, Chacra Biodiversidad de Zemunich Beatriz y Chacra Las Gemas de Feist Claudia.
El monte en la chacra
La emprendedora, Paula Matricardi de Tapecué Reserva Natural -ubicada en El Soberbio- contó que “tenemos una reserva que es como la madre de todo el emprendimiento. Allí tuvimos que regenerar en el sistema en el que habitamos y así comenzó la transición de la chacra convencional a una agroecológica”.
Además se refirió a los cambios que adoptaron y los resultados que tuvieron. “Comenzamos a dejar que la naturaleza se regenere, y hoy un 80% de la chacra es monte nativo. Además, fuimos trabajando el suelo y aprendiendo en comunidad sobre las propiedades medicinales de las plantas nativas, y hoy tenemos productos naturales que podemos comercializar“, sostuvo.
Además, detalló las decisiones que tomaron con respecto al suelo y el agua. “Básicamente observamos mucho y aprendimos. Trabajamos en la recuperación del suelo, conservación del agua y el cuidado de las cuencas hídricas. Tambien cambiamos las técnicas de labranza por otras más rentables en nuestra provincia por sus características y por el bioma en el que vivimos”, aseguró.
“Tenemos plantas comestibles y medicinales de las que extraemos los extractos y trabajamos con curvas de nivel que mejoran el rendimiento del suelo. Además, es importante mencionar que se van alivianando las tareas a medida que pasa el tiempo y el sistema se vuelve más sólido“, explicó la productora.
Por último, reflexionó al respecto de la relación de las personas -y los productores- con el entorno. “Si observamos la naturaleza y sus ciclos podemos aprender un montón. Los procesos son diferentes, por ejemplo ya no tenemos que carpir tanto, porque la misma composición de las chacras nos va aportando la cobertura en el lugar y los nutrientes al suelo“, dijo. Y concluyó. “Además, trabajamos con biofertilizantes que salen de la misma chacra, entre los vecinos tenemos “pequeñas biofábricas“; y en lugar de comprar insumos de laboratorio usamos opciones naturales que son más económicos y tienen mejor rinde“.
Fotos: Lautaro Barrientos
