Hace 31 años, el 24 de agosto de 1994, el tribunal de disciplina de la organización que maneja el fútbol mundial castigó a Diego Armando Maradona, por entonces el 10 de la Selección con una suspensión de 15 meses y 20.000 francos suizos de multa por el resultado positivo del control antidoping al que debió someterse después del partido que Argentina le ganó a Nigeria.
Después de algunos años polémicos, con una suspensión por dar positivo en cocaína de por medio, Diego Maradona llegaba al Mundial de Estados Unidos 1994 con la ilusión de ganar su segundo título mundialista, el que sería el tercero de Argentina.
La Albiceleste quedó encuadrada en el grupo junto a Nigeria, Bulgaria y Grecia. En el primer partido, la selección argentina ganó por 4-0 ante los griegos, con un gol de Maradona incluido. El segundo encuentro, ante Nigeria, fue el último partido que jugó el Diego con la camiseta de la Selección.
Después del choque, el Pelusa fue seleccionado para realizar un control antidoping y después de analizarlo, se confirmó el peor de los resultados. Maradona dio positivo en cinco sustancias prohibidas: efedrina, norefedrina, seudoefedrina, norseudoefedrina y metaefedrina. Todo esto desencadenó en una suspensión de quince meses sin jugar al fútbol y tuvo que abandonar la concentración argentina.
Maradona siempre argumentó que no había intentado sacar ventaja deportiva, sino que esas sustancias se encontraban en un medicamento para la gripe que le dio su entonces preparador físico personal, Daniel Cerrini. Éste se equivocó al comprar un energizante de venta libre y por tanto, contenía sustancias no permitidas en la competición.
Tras conocer la sanción, Maradona pronunció su tan famosa frase “me cortaron las piernas“, dirigida tanto a la FIFA como hacia Julio Grondona, entonces presidente de la AFA. El jugador argentino acusó al directivo de traición por pactar con la FIFA en lugar de confiar en él y luchar por defender su inocencia.
Qué pasó después
Años después, la WADA (Agencia Antidopaje), determinó que la cantidad ingerida por el astro argentino de estas sustancias prohibidas no era suficiente como para considerarse como dopaje, algo que confirmó las palabras de Maradona.
La sanción por aquel entonces fue de quince meses de suspensión nacional e internacional y una multa de 20.000 francos suizos.
