Luego de 24 años, el portero neerlandés confesó lo que le dijo al argentino para provocarlo. Recordá la historia de ese mundial y el enfrentamiento entre Argentina y Países Bajos y lo que causó la expulsión de Ortega.
Un sábado 4 de julio de 1998 se celebraron los cuartos de final de la Copa Mundial de Fútbol en Francia. En el partido se disputaba un lugar en las semifinales. El partido era Países Bajo – Argentina. Un empate que duró casi todo el partido, hasta la jugada que pudo haberlo cambiado todo: el cabezazo del Burrito Ortega.
Alrededor del minuto 87 del partido, Ortega engancha dentro del área rival. En el intento por pasar a un defensor, se deja caer en el suelo. El árbitro, sin embargo, no compra la falta y se dirige a amonestarlo por fingir. En el lapso de unos segundos, Van der Sar se acerca hacia el Burrito, que se encontraba todavía en el césped, y el argentino se levanta rápidamente y le propina un golpe con la cabeza en la mandíbula.
El resto es historia: el arquero se lanza al suelo, y Ariel Ortega recibe la roja directa, que lo manda al vestuario. Finalmente, en el minuto 89 de partido, Dennis Bergkamp convierte el gol que le da la victoria al seleccionado europeo.
Siempre fue una incógnita el por qué de la reacción del 10 de Argentina. Sin embargo, el arquero holandés confesó en la previa al partido del viernes entre Argentina y Países Bajos cuál fue el comentario que suscitó el cabezazo. “Le dije que tenía una linda madre, digamos”, relató el arquero a un medio de su país.
El pueblo argentino y el propio Ortega siempre recordaran ese momento e incluso preguntándose qué pudo haber pasado si no se daba esta reacción. Tal vez la historia mundialista sería distinta. Con esta declaración, el partido del viernes se vuelve aún más importante, ya que implica una cuota extra de venganza.
S.DL
