Este 16 de marzo, uno de los tres entrenadores campeones del mundo con la Selección Argentina celebra un simbólico cumpleaños: el 86º. Algunas desconocidas anécdotas, desde el Tecla Farías haciendo pis en los arcos, hasta alguna situación con un ex presidente de la Nación.
Son innumerables las anécdotas que describen la locura y los métodos poco ortodoxos que caracterizaron a Carlos Salvador Bilardo durante su época como entrenador de fútbol. En Estudiantes de La Plata, en Boca Juniors, en la Selección Argentina. Nadie quedó inmune a las excentricidades del Doctor. Algunas son sumamente conocidas: el “bidón de Branco”, la tarde de la “gatorei”, la vez que quemó una bandera argentina, entre otras. Pero es tan rica e imperdible la carrera de Bilardo, que en su cumpleaños número 86 es posible recordar algunas cábalas, frases o supersticiones no tan populares que valen la pena conocer. ¡Feliz cumpleaños, Doctor!
“No se la pasen a Menem”
Era 1989 y Carlos Saúl Menem se había convertido días atrás en el nuevo presidente de la Argentina. La selección nacional, que había sido campeona del mundo y ya palpitaba una nueva cita mundialista (en Italia, al año siguiente) protagonizó un encuentro amistoso repleto de sus figuras con la participación del nuevo mandatario. En la cancha de Vélez jugaron, de un lado, Menem, Pedro Troglio, Diego Armando Maradona; y del otro, Hugo Orlando Gatti, Carlos Ischia, entre otros, que conformaban el equipo de “el resto de Argentina”. Menem fue el capitán del combinado nacional en un partido benéfico que no parecía tener otro fin que uno lúdico. No así para Bilardo.
El propio Troglio reveló una anécdota de aquel partido. “¿Qué amistoso? Bilardo no quería perder”, aseguró. Según el volante, el Doctor le gritaba a sus jugadores que “no se la pasaran a Menem”. El presidente era un buen jugador de fútbol, pero, por supuesto, la diferencia de nivel entre él y sus compañeros era notoria. Entonces el DT, contó Troglio, era terminante: “Nos miraba y nos hacía con el dedo: `¡No se la den a Menem!´”. “¿Y ustedes qué hacían?”, le preguntaron al futbolista de la Lazio cuando narró la historia: “Y… se la dábamos poco”, confesó. Al año siguiente Argentina debía defender la corona mundial, y Bilardo no pretendía “regalar nada”.
El pis del Tecla Farías
Era el cuarto ciclo de Bilardo al frente de Estudiantes de La Plata; En el 2004 el delantero del Pincha era Ernesto “Tecla” Farías, un verdadero goleador (234 tantos en su carrera) que marcó en otros equipos del fútbol argentino, como Independiente y River. Pero en aquella época el Tecla atravesaba una breve sequía. Y una vez contó la siguiente anécdota junto a Bilardo: “Me dijo: `Pibe, vení, vamos al estadio; no estás haciendo goles y yo te voy a ayudar´”. Farías recordó que eran las 12 de la noche y se subieron a un Ford Mondeo que conducía el entrenador. Llegaron a la cancha y Bilardo le propuso una insólita forma de deshacerse de las malas energías. El Tecla obedeció: fue y orinó en ambos arcos. “Al otro día, la primera pelota que toqué fue gol”, remató.
El bautismo de Gianinna Maradona
En el bautismo de la hija menor de Diego Armando Maradona, al que fueron invitados los compañeros de selección del 10, una de las historias que mejor refleja la dedicación y minuciosidad de Bilardo. Entre los concurrentes al festejo estaba Careca, en letal delantero que compartió equipo con Diego, en Napoli. Bilardo se acercó a la mesa que compartían sus dirigidos y le pidió al defensor Oscar Ruggeri que se pusiera a bailar al lado del brasileño, porque quería ver “quién lo iba a marcar en la Copa América”. El cabezón fue. Y según contó Troglio alguna vez, también presente en aquella celebración, Bilardo regresó y dijo: “Tranquilo, lo marca el Tata Brown que es más alto”.
Bilardo y las camisetas I
Sobre este tema existen infinitos episodios. Uno muy recordado ocurrió en mayo de 1996. Cuando Bilardo era DT de Boca, sufrió una fatídica derrota por 6-0 frente a Gimnasia de La Plata. Luego, el entrenador llegó al vestuario tras el golpazo y encontró varias camisetas del Lobo en territorio xeneize, que sus jugadores habían intercambiado. Para colmo estaba la 10 del Beto Márcico, a quien Bilardo había marginado de Boca y que ahora se había vengado, que la había cambiado con el camerunés Alphonse Tchami. Bilardo cerró con llaves el vestuario y cortó con tijera una por una. “Mi camiseta se la entregaron a Tchami con flecos”, recordaría dos décadas después Márcico.
Bilardo y las camisetas II
En el mismo año se dio el único enfrentamiento entre Bilardo y César Luis Menotti como técnicos. Fue victoria del Independiente del Flaco por 1-0 y, cuando Christian Dolberg quiso intercambiar su camiseta con Raúl Cascini luego de la derrota, el Doctor se llevó a su volante del brazo, apresurado, al vestuario. Allí, enojadísimo, explotó: “La camiseta de Boca vale 30 mil dólares, lo que sale un auto. Ahora la utilería la voy a manejar yo. Si un jugador la quiere cambiar que lo haga, yo después lo denuncio por robos y hurtos. Si Cascini la quiere que vaya a una casa de deportes. Hay que enseñar que es sagrada y no se cambia ganes, empates o pierdas ¿Cómo la vas a comparar con la de Independiente, Ferro o Gimnasia?”, gritó. Solo Maradona podía hacerlo, claro: “Es el único que puede cambiarla, porque es conocido en todo el mundo y tiene que salir con 20 o 30 remeras todos los partidos”.
Carlos Salvador Bilardo. Podrán los argentinos quererlo más o menos, pero se pondrán de acuerdo en el hecho de que se trata de una vida cuyo recuerdo merece la pena. El entrenador campeón del mundo con Maradona cumple 86 años y hace un tiempo pronunció una frase que lo sintetiza a la perfección. Le preguntaron por el momento en el que había comenzado con las cábalas, las costumbres. Él fue tan irónico como sincero: “Desde que tomaba la teta: ¿Cuál tomo? ¿La derecha o la izquierda?”.
Fuente: MDZ
