Se trata de un abejorro. El cultivo crece en el Centro Hortícola de San Vicente bajo un sistema orgánico innovador. Conoce las características de la polinización natural y las estrategias para la protección contra los microorganismos del suelo.
La producción de tomates sustentables a través de un sistema sustentable sigue en marcha en el Centro de Producción y Validación de Tecnologías Hortícolas de San Vicente. En ese proceso, Bombus, un abejorro cumple un rol fundamental en la polinización.
El abejorro (del género Bombus) es esencial para la polinización de manera natural de los tomates. Con esto se evita el uso de agroquímicos y hormonas. Además, en el cultivo se utilizan herramientas orgánicas para controlar y evitar el avance de los patógenos naturales del suelo en la planta. Además
En diálogo con Canal 12, el director de Horticultura del Ministerio del Agro de la provincia, Eduardo Auras, remarcó las características que llevan a la plena sustentabilidad del tomate misionero.
Bombus en los invernaderos
En el mismo sentido, recordó que “lo que sucede generalmente en cultivos tradicionales de tomate en invierno es que se aplican hormonas para que la fruta pueda cuajar. Si no se aplica aborta mucha flor”. Por el contrario el proceso natural es la utilización de abejas o abejorros.
“La abeja dentro del invernadero no funciona por el plástico. Por eso, nosotros usamos abejorros para todo el proceso de polinización. Esa presencia dentro de un cultivo es la señal de que no tiene ningún tipo de insecticida ni agroquímicos”, contó Auras.
Y remarcó que “los abejorros son netamente polinizadores. Recorren todas las flores que ya están abiertas y receptivas”.
Sobre la producción en general
También recordó que el tomate se produce en suelo, donde existe una gama de microorganismos y patógenos naturales que hacen que a veces el cultivo se infecte.
A medida que se desarrolla el cultivo, la masa de patógenos del suelo suben a la planta, lo que lleva a la necesidad de fumigar con la aplicación de productos químicos.
A diferencia de eso, en el Centro Hortícola de San Vicente avanzan con la planificación orgánica.
En primer término el producto se cultiva en bolsa de sustrato. “Tenemos casi 40 centímetros separados del suelo, porque esto está sobre viruta, chip de pino, y ahí recién vienen las bolsas. Toda esa masa de microorganismos del suelo no está en contacto con la raíz”, explicó Auras.
Agregó que “al tener un cultivo en estas condiciones evitamos la carga de microorganismos, entonces no se aplica ningún producto químico. Ese es el primer paso de la sustentabilidad del cultivo con el medio ambiente”.
Con esa técnica se logra la producción “en cantidad y calidad sin ningún tipo de agroquímico en el cultivo”.
Los nutrientes llegan por el goteo, “entonces la planta no tiene que hacer el esfuerzo de buscar ni lastimarse”.
El ingeniero también explicó que en los invernaderos del Centro se utilizan “todo lo que es fertilizantes foliares e insecticidas orgánicos, que se aplican al cultivo para prevenir algún ataque de afuera, algo que generalmente puede entrar con algún insecto volador”. Y amplió: “Hasta ahora no tenemos ningún problema con insectos. Este cultivo se plantó en mayo. Con la presencia de los abejorros se puede comprobar que no tiene productos químicos”.
Funcionamiento del Centro
Cabe recordar que el Centro Hortícola de San Vicente funciona desde mayo pasado. Cuenta con 44 invernaderos, organizados en 10 módulos, donde se producen tomates y pimientos. Biofábrica provee los plantines de alta calidad.
Trabaja con un sistema semi hidropónico que incide en las variables del cultivo e impacta de manera directa sobre el rendimiento.
Un equipo de profesionales se encarga de acondicionar el suelo y espacio, preparar el sistema de riego automatizado además del cuidado permanente de los plantines, desarrollo de la planta y cosecha final.
Desde el viernes pasado, los tomates logrados en San Vicente, llegaron a Posadas a través de su comercialización en el Mercado Central de Misiones.
Fotos: Lautaro Barrientos.
