Richard y Alan Boichuk asisten a 3° B del CEP N°8 de Oberá. La Escuela Especial N°13 de Oberá afectó a los docentes intérpretes para realizar el proceso de inclusión. El colegio secundario llevó a cabo un trabajo de adaptación que involucró a docentes y alumnos
Por Ian Bys
Alan Boichuk tiene 19 años y es sordo. De niño asistió a la Escuela Especial N°13 para sordos e hipoacúsicos junto con su hermano Richard, de 16 años, quien también comparte su misma condición. Al terminar la escuela primaria, el ingreso de Alan al secundario coincidió con el inicio de la pandemia. El dictado de clases de manera remota hizo que su condición pasara inadvertida por la institución educativa a la que ingresó. Al volver a la modalidad presencial todo se hizo más difícil. La escuela a la que él concurría no disponía de una maestra integradora que manejara lengua de señas.
Encontrar un lugar
Mientras tanto Richard comenzó sus estudios secundarios en el CEP N°8 de Oberá. Desde un primer momento contó con una docente integradora en lengua de señas. Cuando los hermanos se encontraban charlaban sobre cómo les iba a cada uno. A partir de la experiencia de su hermano, Alan decidió cambiarse al mismo colegio. Hoy los hermanos Boichuk asisten al tercer año B e integran el cuadro de honor del establecimiento. Ambos tienen los mejores promedios de su división.
Alan relató su experiencia a canal12misiones.com a través de la profesora en lengua de señas argentina (LSA) Paola Amarilla. Cada pregunta era traducida por Paola a lengua de señas y cada respuesta de Alan era realizada por la intérprete. De esta manera, Alan explicó que este año comenzó a concurrir al CEP N°8.
“Los alumnos y los profesores comenzaron a conocerme y después de unos meses ya formo parte del grupo, también mi hermano Richard, que es sordo, es mi compañero. Nos ayudamos para estudiar y con esfuerzo estamos aprobando todas las materias”, relató durante la entrevista.
Con respecto a su condición, Alan destacó el interés de sus compañeros y de los docentes por aprender a comunicarse con él. “Hay muchos amigos y profesores que tienen curiosidad y se ocupan de aprender lengua de señas. Se comienza primero con el abecedario y de a poco vamos avanzando”, contó.
Por su parte, Richard explicó que al principio él era el único alumno sordo en su división, pero recibió la ayuda y comprensión de todos. “Al tener intérprete me resulta mucho más fácil estudiar y cuando mi hermano comenzó a venir al aula conmigo me sentí muy bien con eso, nos ayudamos mucho”, manifestó.
Naturalizar la inclusión
Quien ofició como intérprete para esta entrevista, Paola Amarilla, fue docente de Richard y Alan en la Escuela Especial donde cursaron la primaria. Paola, recientemente jubilada, también fue intérprete integradora de Richard y Alan hasta hace un par de semanas en el CEP N°8.
“Cuando Richard tuvo que comenzar su educación secundaria, la escuela especial afectó a una docente para que cumpla sus horas y lo acompañe de manera regular durante el 2021 y 2022”, explicó la docente. Aclaró que este año la afectación dejó de ser total y la carga horaria se tuvo que distribuir con otras escuelas. Ante esta situación, los padres de los alumnos tuvieron que contratar a una intérprete de manera particular.
Actualmente, la docente de la escuela especial afectada al CEP N°8, Gloria Escobar, es la encargada de oficiar de intérprete en el aula. En diálogo con canal12misiones.com, Escobar consideró que el trabajo de inclusión hecho por los docentes es espectacular. “La inclusión en sí es un tema muy difícil”, afirmó la nueva interprete. Recalcó que “hay una integración completa de los compañeros y de los docentes adaptando sus dinámicas de clase”.
Desafíos de la inclusión en la educación formal
Con respecto a los desafíos que tuvo que afrontar el CEP N°8, el preceptor del colegio, Marcelo Salgado, fue testigo y partícipe del proceso de inclusión. “Si bien hubo resistencia al inicio, con las estrategias planteadas por el colegio la situación se naturalizó”, explicó.
Por su parte, Marcela Steffens, profesora de Biología, recordó la incertidumbre que sintió cuando se enteró que tendría un alumno sordo. “En los institutos de formación no recibimos la preparación adecuada para lidiar con la inclusión”, reconoció Steffens. La docente destacó el trabajo realizado por Paola Amarilla como intérprete. Su presencia hizo que todo el proceso fuera más fácil. Relató que asistió a cursos de LSA para incorporar más herramientas. Ahora, Richard y Alan le enseñan a diario su método de comunicación.
Actitudes que hacen posible una educación para todos
En el curso de los Boichuk, sus compañeros y docentes están completamente acostumbrados y familiarizados con las necesidades de ambos. Alejandro Salmi, alumno de tercero B, rememoró la sorpresa que sintió al convivir con una realidad con la que antes no había tenido contacto. “Con el tiempo aprendí legua de señas. Primero comencé con el abecedario y luego la docente Paola nos enseñó. Hoy tengo conversaciones fluidas con ellos, es algo muy bueno compartir con ellos”, resaltó.
Damaris De Oliveira, también alumna de tercero B, expresó que le gustaría que la lengua de señas fuera una materia específica en la currícula de estudio. Como también otras herramientas para incluir a las personas con discapacidad. “Yo no estoy desde el primer año en el colegio y me gustaría saber LSA para comunicarme mejor con ellos”, explicó Damaris.
La llegada de los hermanos Boichuk transformó la vida escolar del CEP N°8. Inclusive, dentro de un proyecto de robótica un grupo de alumnos quiere implementar un sistema de timbres adaptado para sordos e hipoacusicos.
En la semana del estudiantes, Alan Boichuk fue elegido rey del colegio. El próximo 4 de noviembre participará de la elección de reinas y reyes de la estudiantina de Oberá. Boichuk participó de los desfiles de la estudiantina. Al ser consultado sobre como seguía el ritmo, Alan contesto: “yo miraba como se movían mis compañeros y los imitaba, trataba de seguir el ritmo”.
