Preservar el ambiente, optimizar la utilización de recursos naturales y potenciar la descarbonización del sector agrícola. De que se trata iniciativa “Suelos vivos América Latina”.
Desarrollar la agricultura y tener en cuenta la vegetación nativa del campo, acompañada de prácticas agrícolas sustentables como siembra directa, rotación de cultivos y cultivos de cobertura, es dar un paso en firme hacia la descarbonización del agro. Además, se apunta a la protección de la salud del suelo, un recurso crucial para la producción agropecuaria y la seguridad alimentaria global.
La iniciativa Suelos Vivos de las Américas es impulsada por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y el Centro de Manejo y Secuestro de Carbono Rattan Lal (C-MASC), de la Universidad Estatal de Ohio, dirigido por el reconocido científico estadounidense Rattan Lal.
En sintonía con esas propuestas a nivel mundial, Misiones camina hacia un modelo más sostenible de producción. Uso de bioinsumos, prácticas más amigables con el ambiente y la soberanía alimentaria libre de venenos es parte de la iniciativa que se llevan adelante para proteger la salud y la biodiversidad.
Agricultura regenerativa
Estos ejes que se llevan adelante en la tierra colorada también son parte del programa Suelos Vivos de las Américas. Uno de ellos es la implementación de prácticas de agricultura regenerativa. La meta es promover la salud del suelo mediante acciones sostenibles de mejora de la fertilidad y aumenta su capacidad de retención de agua y reduce la erosión.
El segundo eje se enfoca en la medición y captura de carbono en la agricultura. Se busca ayudar a los productores a comprender y medir las emisiones de carbono que generan. Además, se fomentan métodos de reducción de emisiones.
Así lo ha demostrado PRO Carbono, primer programa comercial en sistema integrado de prácticas agronómicas de bajo carbono. La iniciativa ya se extiende a Argentina y Brasil. Involucra a más de 2.000 productores y proporciona las herramientas y conocimientos necesarios a los productores. Así, impulsa la producción sostenible y reduce el impacto ambiental.
Buenas prácticas
“Tenemos más de 2.000 agricultores que implementan buenas prácticas agrícolas para la mejoría de carbono en el suelo, sumados son unas 200.000 hectáreas que son trabajadas de esa manera”, explicó la directora de Alianzas de la Cadena de Valor Alimentaria para América Latina, Alessandra Fajardo.
El organismo realiza un análisis de suelo, de fertilidad y de carbono. Después de tres años se observa un cúmulo de carbono en el suelo por la aplicación de la siembra directa, la rotación de cultivos y prácticas que llevan a una mejoría de la salud del suelo.
Recogen muestras de suelo en diferentes condiciones de cambio de uso de la tierra y de adopción de prácticas de agricultura regenerativa. Con ello “podemos ver cuáles podrían ser utilizadas para recuperar el carbono”, complementó Carlos Cerri, profesor de la Escuela Superior de Agricultura Luiz de Queiroz de la Universidad de São Paulo (USP).
Complementariedad
Desde el 2020, el IICA y C-MASC llevan adelante la iniciativa Suelos Vivos de las Américas, a la que se han sumado otras empresas, así como los ministerios de Agricultura de Brasil, Canadá, Chile, Colombia, El Salvador, México, Perú y Uruguay.
“Contar con el apoyo del sector privado es fundamental; debe participar activamente junto con los agricultores, los responsables de políticas públicas y la comunidad científica para adoptar prácticas que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero, mejorar el secuestro de carbono y mitigar el cambio climático. Los suelos son parte de la solución para la seguridad alimentaria y ambiental”, comentó al director del C-MASC, Rattan Lal.
Fuente: Bioeconomía
