Siguen la investigación por el hecho de la distribuidora de la avenida Vivanco de Posadas. El ex cajero está detenido. Cobraba, escondía los tickets y se quedaba con el dinero.
Más allá del enorme perjuicio económico, los dueños de la distribuidora de la avenida Vivanco están indignados. Aún siguen sorprendidos con la maniobra delictiva de quien, hasta hace unos días, era su empleado de mayor confianza. El último fin de semana confirmaron que el involucrado se quedaba con parte de la recaudación diaria y escondía los tickets. Estiman que robó alrededor de cinco millones de pesos en cuatro meses.
Laly, la comerciante damnificada, en dialogo exclusivo con canal12misiones.com recordó que hasta último momento su ex empleado tenía una actitud que distaba de la ostentación, no se había comprado nada nuevo y hasta expresaba la necesidad quien llega con lo justo.
“Hasta unos días antes de que salte todo, me seguía pidiendo plata para el pasaje”, relató al referirse al hombre de 31 años, que está detenido a disposición de la Justicia. La familia afectada siente que fue una pérdida económica por “exceso de confianza con una persona que conocía prácticamente todo el sistema”.
Cómo detectaron el robo
De acuerdo a la reconstrucción de este episodio, el cajero tuvo su último intento el sábado 26 de agosto cuando una de las cámaras lo filmó quedándose con una importante suma de dinero.
La parte damnificada aclaró que, a partir de ahí, observaron los registros hacia atrás y se dieron cuenta del accionar del empleado. Así diariamente se quedaba con cifras que iban de 50 a 90 mil pesos. El cálculo aún está en curso, pero se estima que faltan más de cinco millones de pesos.
En parte de las filmaciones aportadas queda en evidencia que el empleado infiel se quedaba casi siempre con las primeras ventas de cada jornada. En la mayoría de las veces actuó antes de que los dueños llegaran al local. Siempre tenía un margen de hasta media hora para hacerse del dinero.
Guardaba el dinero en el buzo
Apenas percibía el efectivo del cliente, con una mano fingía el circuito de cajas y con la otra guardaba el dinero. Incluso quedó captado guardándose dinero en el buzo. En síntesis, escondía los tickets y se quedaba con la plata de las ventas. Así acumuló una importante suma durante cuatro meses.
Como el sindicado conocía de memoria el sistema, podía alterarlo. Para descubrir la maniobra se realizó un arqueo manual. “Fue mirar número por número, carpeta por carpeta”, así lo aseguró la damnificada. En tiempos de tecnología es ilógico, pero en momentos de pérdida fue un método apropiado para los comerciantes. El registro indica que G.F,. entró a trabajar a la distribuidora hace poco más de cuatro meses.
