En la previa de las elecciones legislativas del 8 de junio, una certeza recorre la política misionera: el Frente Renovador de la Concordia no tiene rival en el territorio. La Libertad Avanza (LLA), que a nivel nacional ostenta el poder presidencial, ha optado por una estrategia pasiva y casi testimonial en Misiones. No hay campaña en las calles, no hay presencia real en los barrios, no hay candidatos competitivos. Lo único que llevará Milei a esta elección será un papel en el cuarto oscuro.
En los últimos días, varios candidatos libertarios comenzaron a bajarse discretamente de la contienda, desmoralizados por encuestas que marcan diferencias abrumadoras a favor de la Renovación. Prefieren no exponerse a una derrota y ya negocian sumarse al “blend renovador”, ese espacio amplio, transversal, que ha sabido representar a los misioneros con firmeza en Buenos Aires y defender, incluso, al propio presidente Milei cuando las políticas nacionales coincidieron con los intereses de la provincia.
Esa es una de las razones de fondo por las que Karina Milei, la hermana del presidente, no vino a Misiones, pese a lo anunciado. La reunión de Puerto Iguazú, encabezada por el extenista libertario Diego Hartfield y el diputado nacional Martín Menem, fue un fracaso rotundo: poca convocatoria, escasa prensa, y un clamoroso silencio tras conocer las encuestas que le daban al oficialismo provincial una victoria por goleada. El plan para desembarcar en Posadas fue abortado sin escalas.
La Renovación ya piensa en octubre
Desde el entorno de LLA, ahora se pretende, en voz baja, una posible alianza electoral con el Frente Renovador para las elecciones nacionales de octubre. En términos políticos, el dato es revelador: incluso los libertarios reconocen que el arrastre de votos en Misiones lo tiene la Renovación. Es en el oficialismo provincial donde reside el respaldo popular, la maquinaria territorial, la empatía con el pueblo y el respeto ganado por gestión.
Mientras tanto, el Frente Renovador sigue caminando, como siempre lo hizo. En barrios, chacras, pueblos y ciudades. Con propuestas claras, rostros conocidos y un compromiso genuino con los misioneros. Con una identidad que no se resigna a las grietas porteñas ni se arrodilla ante ningún poder externo. Por eso se convierte, una vez más, en la referencia indiscutible de la política provincial.
En Misiones no hay lugar para experimentos ni figuras improvisadas. La gente ya eligió hace tiempo. La Renovación no solo gobierna: marca el rumbo.
