Conocé el proceso de restauración que hizo posible el regreso del Frontis 2. San Ignacio celebra su tesoro cultural. La importancia para la identidad guaraní que forma un vínculo entre pasado y presente.
La provincia transitó un nuevo capítulo en la preservación del patrimonio cultural. La placa de piedra de la fachada principal de las Reducciones Jesuíticas, conocida como Frontis 2, regresó a su lugar de origen después de más de 122 años de ausencia en el Museo de la Misión Jesuítica de San Ignacio Miní. Este símbolo histórico, elaborado por las manos propias de los guaraníes de la región, fue restaurado y puesto en condiciones para su restitución.
Esta pieza está dividida en cinco partes, cada una de las cuales se trasladó en cajas especialmente diseñadas para ser dirigidas a un taller de restauración. Allí, se realizó la limpieza, acondicionamiento y finalmente el montaje unificado en San Ignacio.
La placa, que durante años sufrió algunos faltantes y fracturas, regresó a su hogar en San Ignacio, aunque no al lugar original debido a la magnitud de las roturas que simbolizarán esta parte de la historia. Está exhibida junto a una serie de objetos arqueológicos que representan la rica cultura guaraní y jesuítica. La misma representa la compañía de Jesús con las abreviaturas de IHS, que significa Jesús Salvador de Hombres.
“Estamos muy felices en este día de restitución porque es un día de justicia. Se trata de un símbolo de nuestra memoria e historial, la cual nos proyecta hacia el futuro”, destacó a Canal 12 el ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer.
El gobernador Oscar Herrera Ahuad también expresó su alegría por este hito: “Es un hecho histórico para la provincia y para todos nosotros. Este es el misionerismo en su máxima expresión. Resume el sentimiento de ese concepto que pregonamos, el cual no se trata de un slogan de la política, sino de lo más profundo de nuestro ser como personas”, dijo.
Se aseguró que el acto de restitución rinde homenaje al prócer Andresito Guacurarí y representa una reivindicación de sus decisiones y de lo que se lleva adelante desde la política pública. “Ellos nos acompañan como el recuerdo vivo de la historia de esta Misiones y tierra sin mal”, agregó el gobernador.
La importancia de la cultura ancestral guaraní en esta devolución no se puede subestimar. El subsecretario de Revalorización Cultural de Misiones, Eliseo Chamorro, enfatizó: “Volver a tener esta reliquia que formó parte de la historia de los guaraníes significa mucho para nosotros. No solo por la pieza en sí, sino también por el valor espiritual que existe de por medio. Es importante recuperar el patrimonio histórico del pueblo mbya guaraní porque es revalorizar nuestra cultura actual”.
La ex titular de la Casa de Misiones, Carolina Forastier, trabajó como abogada en cada una de las instancias de reclamo que mantuvo la Provincia a lo largo de la última década. Además del Frontis 2, brega por otras piezas que forman parte del patrimonio misionero. “Pasaron cuatro presidentes de la Nación y Misiones nuncó abandonó esta tarea”, explicó a canal12misiones.com
La tragedia que sufrió la placa a lo largo del tiempo es una historia que se remonta a 1882, cuando apenas se creaba el territorio nacional misionero. En ese año, por la realización de una feria continental en Buenos Aires, se solicitó extraer las dos placas de la fachada del templo de San Ignacio para exhibirlas ante el mundo. Sin embargo, el proceso resultó en la fractura de la reliquia, que quedó abandonada en la fachada del templo.
En 1887, un intento similar de trasladarla al Museo de La Plata fracasó debido al peso y las dimensiones de la pieza. Finalmente, en 1901, la placa fue llevada al Museo Histórico Nacional en Buenos Aires, donde permaneció durante más de un siglo antes de regresar a Misiones como un acto de “reparación” histórica.
La devolución de la reliquia Frontis 2 representa tanto la recuperación de un valioso patrimonio cultural como también de un profundo vínculo entre el pasado y el presente de la provincia.
Esta noticia celebra la cultura guaraní y jesuítica que dejó una gran huella en la historia de la región. El regreso triunfal marca un capítulo significativo en la preservación y promoción de la rica herencia cultural.
