Esta terapia utiliza la compañía e interacción que nos ofrecen estos felinos para ayudarnos a mejorar nuestra salud física, mental, y nuestra vida en general.
Los gatos son animales silenciosos y tranquilos, ayudan a combatir el estrés, la ansiedad y el bajo estado de ánimo, señalan los profesionales que promueven terapias con estos animales. Cabe destacar que se utilizan solamente los que son dóciles y que no saquen a flote su agresividad. Estos felinos no tienen preferencia por una edad en particular o sexo específico, pero al comenzar a interactuar con sus dueños, actúan acorde al sexo y a la edad de éstos, así como también al modo en que son tratados.
El ronroneo de los gatos es uno de los factores más importantes y reconocidos de la terapia, ya que potencia la secreción de endorfinas que refuerzan el sistema inmunológico, además ayuda que la persona se relaje, procese las emociones y acepte determinadas situaciones.
La gatoterapia es muy beneficiosa en diferentes situaciones, como por ejemplo en la recuperación de accidentes cardiovasculares, y esto es porque los gatos facilitan que las personas tengan niveles bajos de presión sanguínea, también reducen la ansiedad, previenen la depresión y hacen que el paciente se sienta útil y ocupado a la vez. Los gatos fueron usados en terapias para niños que padecen algún tipo de discapacidad o problemas en la audición y el lenguaje, y también con niños que llevan mucho tiempo hospitalizados.
Además de todo esto, estas mascotas ayudan a los ancianos a tener una mejor movilidad en sus extremidades superiores, por el simple hecho de sostenerlos en sus brazos cuando se les sube al regazo. Como nos dimos cuenta, los gatos a parte de regalarnos su grata compañía nos ofrecen muchos aspectos positivos para nuestra salud.
G.V
