Tiene 85 años y fue la primera mujer paracaidista del país. “Misiones es un pedacito de cielo que Dios se olvido en la tierra”, describió.
Los años pasan, pero las experiencias quedan y se trasladan. Es parte de la filosofía de Aurora Bitón, una mujer oriunda de San Ignacio que encontró en la literatura y las aventuras por el mundo una filosofía de vida.
Aurora Bitón fue la primera mujer del país en ser paracaidista. Además, juega con el arte, el deporte y el espiritualismo para mantenerse vivas, atenta y ser un ejemplo para jóvenes y adultos. Enamorada de la tierra colorada, habló con Carolina Hobus en una entrevista imperdible.
¿Cómo te ves a vos?
– Desde chiquita tuve mucho carácter. Soy Luchadora. Al ser la más chica de mis hermanos tuve que aprender a defenderme. Y lo hice. Siempre voy por la verdad. Ese es mi lema. Defender mi verdad. Y no tengo miedo de ser quien soy.
Me animé muchas veces a ir en contra del mundo. Recuerdo que mis amigas me decían: tenes que ser mamá. Y no fui. Por decisión propia.
¿En esa búsqueda de la verdad, llega el arte a tu vida?
– Algo así. Al arte lo encontré en el camino. Primero fui piloto. Me gusta conocer todas las verdades y de ahí podes escribir la mía. La propia. Mis papas no querían que escriba ni que estudie. Pero a mi solo me importaba defender lo que quería y lo que mi corazón decía.
¿Siempre fuiste aventurera?
– Sí. Fui la primera mujer en tirarme en paracaídas en argentina. Siempre me gusto la aventura, la adrenalina. La naturaleza.
¿Harías algo distinto en tu vida?
-Yo enfrentaría todo lo que enfrenté. Siempre hice lo que sentí y me animé muchas veces a ir en contra del mundo. Recuerdo que mis amigas me decían: tenes que ser mamá. Y no fui. Por decisión propia. Hoy doy charlas en los colegios. Me acerco y hablo con los jóvenes. De experiencia de vida, autoestima, valores, literatura. Quiero que los jóvenes busquen la sanidad mental y espiritual. Y se repitan siempre: yo puedo.
Quiero que los jóvenes busquen la sanidad mental y espiritual. Y se repitan siempre: yo puedo.
¿Qué te inspira para escribir?
– Nosotros somos naturaleza. Dios es naturaleza. Y me inspiro en eso. Podemos crecer como árboles si regamos nuestro amor propio, nuestra autoestima. Hay que alimentarse de lo que hace bien. Que nuestros raíces siempre estén en el amor y la verdad. Aprendé a decir no. El no también es amor. Y qué amor. Muchos años me dedique el Haiku, un tipo de poesía japonesa. Es hermoso. Yo siempre le digo a los jóvenes que si pueden conozcan Japón, porque preservan la cultura en tal forma. Viajé tanto y por tantos lugares que pude cultivarme de culturas distintas, aprender, entender, enriquecerme. Pero a mi me pasó algo particular. Siempre que viajaba extrañaba el olor de la tierra mojada, cuando llueve, no había en ningún lugar del mundo. Sin dudas, dios olvidó un pedazo de cielo en la tierra y es Misiones.
Hay que alimentarse de lo que hace bien. Que nuestros raíces siempre estén en el amor y la verdad. Aprendé a decir no. El no también es amor. Y qué amor.
¿Qué consejos le das a los jóvenes?
–Hay que creer en uno. Decir que no. Decir que sí. Vivir bien con uno mismo. Y alimentarse espiritualmente. Somos naturaleza. Somos seres espirituales. Y de eso no nos podemos escapar.
Siempre que viajaba extrañaba el olor de la tierra mojada, cuando llueve, no había en ningún lugar del mundo. Sin dudas, dios olvidó un pedazo de cielo en la tierra y es Misiones.
Colaboró Carolina Hobus desde Aristobulo del Valle.
