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Written by 10:02 am Sociedad

Bebederos: cómo alimentar colibríes sin enfermarlos

Estas aves casi etéreas, oriundas de América son cada vez más preciadas por su belleza, la polinización del ambiente y su connotación simbólica. Conocé más sobre los colibríes, cómo cuidarlos y un lugar ideal para admirarlos, el Jardín de los Picaflores en Puerto Iguazú.

La belleza de los colibríes es incomparable: deslumbran con su plumaje lleno de colores vibrantes y su veloz aleteo es admirable, casi enigmático por la rapidez en su fuga para evaporarse entre el paisaje así como su liviandad cercana al aire: pesan unos pocos gramos y deben libar las flores porque -entre otras cosas- sacan la energía para seguir volando del azúcar que ingieren.

Cabe destacar que existe una importante demanda en bebederos de colibríes, los cuales se comercializan como un elemento fácil de utilizar y de captar a estas especies. A pesar de ser una solución rápida, desde Puerto Iguazú, Leandro Castillo enfatizó sobre que este elemento no es de consumo primordial para la especie. “El bebedero tiene una composición de agua y azúcar, esto lo van a consumir como algo energético, como carbohidratos. No reemplazan a las flores, por lo cual siempre como base para generar un lugar para atraer colibríes es lograr un ecosistema con las plantas adecuadas primero y luego si quieren implementar estos bebederos van a funcionar como un complemento más dentro del jardín”.

Otra cuestión muy importante sobre estos bebederos es que el 50% de las personas que cuentan con uno, no sabe cómo utilizarlos correctamente y como consecuencia dañan a estas aves tan delicadas y frágiles. “La preparación se hace con agua sin cloro y únicamente azúcar blanca común, nunca se debe usar azúcar de mascaboazúcar orgánica, morena, ni stevia: nada esto. Eso sí le va a traer problemas en el sistema digestivo del colibrí porque no lo asimilan debido al contenido de hierro muy alto. La forma correcta de preparar el bebedero son cuatro partes de agua y una de azúcar que se diluyen. No hay que hervirlo, ni hay que calentarlo, eso formaría un almíbar que ellos tampoco lo digieren, por eso lo más importante del bebedero es que hay que mantenerlo en la sombra a una altura aproximadamente de 1.80 metro para evitar predadores y realizar una limpieza diaria”, sugirió.

Advirtió sobre lo más importante, la higiene. “No deben dejar más de un día sin lavar el bebedero. Eso va a empezar a fermentar porque el azúcar contiene levadura y lo que genera son hongos, eso afecta directamente los pulmones y la parte digestiva del colibrí, como consecuencia se termina muriendo infectado”.

Aves mágicas

Sin dudas los colibríes o picaflores son aves mágicas, se las relaciona con el buen augurio, la representación de seres queridos que trascendieron e inclusive leyendas míticas de la antigüedad. Pero además hay un detalle que insisten en el Jardín de los Picaflores de Puerto Iguazú: al alimentarlos hay que cuidar qué se pone en los recipientes de donde vienen a beber. Porque así como son tan livianos, son muy delicados en la ingesta de bebidas dulces. Hasta una simple gota de miel puede hacerles daño.

Estos pájaros son originarios del continente americano y existen unas 340 especies descritas, la más pequeña es el colibrí zunzuncito que mide apenas unos 5,5 centímetros y la de mayor tamaño es el colibrí gigante que mide unos 25 cm. La velocidad de vuelo que poseen se ha medido en túneles de viento la cual llega a superar los 54 km/h.

Todos los que presenciaron la visita de estas aves en su casa suelen esperar que los ejemplares regresen para poder apreciarlos una vez más, por esta razón existen distintas formas de no solamente atraer a las mismas, sino también de poder cuidarlas y preservar su vida de forma saludable, cuenta la periodista Sofia Cabrera.

El jardín de los picaflores

Marilene Moschen en conjunto con su hijo Leandro Castillo desarrollaron un proyecto de conservación de picaflores, esto comenzó como un hobby hace aproximadamente 40 años. La madre de Leandro empezó a plantar flores para crear el ecosistema ideal y así poder atraer a las aves de forma natural, sin jaulas, de una manera en la que no afecte al comportamiento de los mismos ni perjudique al ambiente. Así se creó el Jardín de los Picaflores en Puerto Iguazú.

Durante estos años se transformaron en grandes expertos para la atracción y cuidado de colibríes, por eso Leandro recomendó plantas a los interesados en crear un ecosistema saludable para estos seres especiales. “Algo muy genérico que crece en casi toda Argentina puede ser la salvia azul o la salvia guaranítica, el abutilon, la achira que también es muy buena, la pasiflora, el mburucuyá es muy atractiva, el ceibo, el palán palán, etc. Son todas plantas que crecen muy fácil en casi todas partes y van a atraer a los colibríes”, expresó.

En cuanto a la limpieza correcta de esta fuente de alimentos secundaria Castillo explicó. “Se puede hacer con jabón blanco o jabón neutro, con un cepillito de dientes y adentro de las flores es recomendable pasarle un limpia brackets o algún palito para limpiar también el orificio de la flor. Se hace un enjuagado súper bien para no dejar restos de residuos y cada 24 hs se vuelve a preparar, hay que hacer un mantenimiento diario”.

El Jardín de los Picaflores

El nombre de este lugar ubicado en Puerto Iguazú específicamente en Fray Luis Beltrán 150, es totalmente descriptivo, se trata de un pequeño jardín de una casa de la zona del centro urbano, más específicamente a tres cuadras de la terminal de ómnibus. Allí se pueden apreciar más de un centenar de picaflores en su hábitat natural, lleno de plantas que favorecen el desarrollo del ecosistema en donde también conviven otras especies como mariposas, murciélagos, tortugas, ranas y muchos otros seres maravillosos de la naturaleza.

Leandro comenta que en el jardín existen más de 300 plantas aptas para el consumo de los colibríes y alrededor de 18 bebederos que complementan la nutrición de tantos ejemplares que visitan el lugar día a día, a veces con mayor o menor frecuencia, depende de la época del año. “Cuantos más picaflores tenemos, más bebederos ponemos para evitar peleas porque son muy territoriales. En invierno solemos tener 18 bebederos aproximadamente, hay un promedio de 4 kilos y medio de azúcar por día. Durante la primavera es la época donde menos colibríes vamos a tener por la cantidad de flores que hay en el alrededor ya que es una zona de selva, son aproximadamente 6 bebederos y por día llegan a consumir un kilo y medio de azúcar”, aclaró el propietario.

Resulta imposible contabilizar la cantidad exacta de colibríes que pasan por este paraíso. “Están aproximadamente dos o tres minutos dentro de nuestro jardín y ya se van a recorrer otros jardines. Sabemos que cada 40 ó 50 minutos aproximadamente ellos repiten la visita, pero en cantidades sería imposible contarlos durante todo el día. Mirando en un solo momento puede haber alrededor de 100 picaflores, en un paneo general. En invierno nos visitan mucho más, calculamos 200 ó 300 ejemplares diarios, así que deben ser miles los que visitan este lugar”, describió Castillo.

El dueño de esta maravilla natural describe esto como  algo único y especial. “Hay que pensar también que estas son aves originarias de América. En otros continentes no hay picaflores. Habitan solamente desde Canadá hasta Tierra del Fuego, esto los torna algo tan especial también por ser de este continente.”

Leandro aclaró que todo lo hacen de forma particular y que su objetivo es intentar motivar a las personas para que puedan crear su propio jardín repleto de vida, colores y bienestar. “Intentamos que la gente lo copie y lo replique, para armar estos ecosistemas y ayudar a las aves”, puntualizó.

Una oferta natural y amigable con el ambiente

“A la gente les gusta es algo distinto que pueden conocer dentro de lo que es la ciudad de Iguazú, sobre todo se trata de un atractivo que no cuenta con jaulas, es todo al aire libre y la gente valora mucho eso, el poder apreciar la naturaleza sin necesidad de encerrarla”, comentó Leandro acerca de su visión con respecto a la elección de los turistas de visitar su Jardín.

Finalizó con una breve descripción de la temporada de verano y la visita de viajeros tanto del país como del mundo. “En cuanto a la temporada de verano viene bien, para todo Iguazú en general. Está bastante positivo, hay muchos extranjeros otra vez que pueden visitar el lugar con más las facilidad y menos restricciones. Así que debido a esto, aparecen más turistas y a nosotros nos favorece mucho el lugar geográfico porque estamos muy cerca del centro, entonces la gente ve que hay para hacer alrededor y terminan viniendo al Jardín. Estamos cerrando una muy buena temporada de verano con la demanda a pleno porque siempre hay turistas y gente que consume esto. Es muy favorable para nosotros para poder mantener todo el ecosistema que generamos”, concluyó Leandro Castillo.

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