Un emprendimiento que lleva tres años y cosecha plantas y grandes adeptos. Son en realidad insectívoras. Moscas, mosquitos y agua de lluvia. Todo lo que hay que saber para cuidarlas.
Alejandra Muñoz es docente y encontró en las plantas carnívoras un emprendimiento donde cada día cosecha no solo plantas, sino interesados en conocerlas.
Todo comenzó por una búsqueda personal. Al no encontrar oferta se animó a incursionar en el rubro. Empezó con las más chiquitas para así, con la ganancia de esas, adquirir otras más costosas. “La gente se re prendió”, recuerda la emprendedora que de pronto comenzó a recibir pedidos de nuevas especies. Las comercializa bajo la marca Ohana. Cultiva especies de todo el mundo, desde China a EEUU.
Existe un mito con la denominación de carnívoras que lleva a que muchos clientes le consulten si esas plantas comen asado. Sí, asado. Obviamente que la vendedora con la pedagogía que le caracteriza explica que en realidad son plantas insectívoras porque absorben las proteínas de los insectos y se alimentan de moscas y mosquitos. Es decir que terminan haciéndole un favor al propietario.
Las características principales son que demoran mucho en crecer, son plantas que requieren de mucha humedad, denominadas “pantanosas” y se alimentan de las proteinas de los insectos qué atrapan de diferentes formas según la especie de planta que sea.
El riego es un punto interesante a tener en cuenta: precisan de agua de lluvia o bien agua destilada o la que sale de los aires acondicionados que es por ósmosis.
