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Written by 8:44 am Notas de opinión, Sociedad

Cómo hablamos los misioneros (2)

Hay muchos misionerismos sueltos. Uno casi nunca es consciente de decirlos, salvo cuando viaja a otros lugares del país, por ejemplo. Debemos estar orgullosos de nuestra forma de usar las palabras y las expresiones. Es el alma misionera que se manifiesta

Por Mario Pernigotti(*)

La gente de esta región habla raro. Distinto. Usa palabras que no están en otros lados. Acá no hay ladrilleros o fabricantes artesanales de ladrillo. Acá hay oleros. Si algo no te importa ni te interesa, simplemente decís: “ni me tinga”.

Ni hablemos de “pichado” o “argel”, que son las palabras más populares que se usan en la lengua diaria y que todos conocen el significado.

Y a veces, ni con los vecinos nos entendemos: ellos le cambiaron el acento y el género la nombraron “el chipá” (correntinismo) porque hasta los que no son de esta región ya saben más o menos de qué se trata. Hasta en Paraguay dicen que se trata de un nombre sustantivo femenino y sin acento agudo. ¿Queda claro, entonces?

Como dice Amable, el único chipaí (masculino) que conocemos se trata de un buen sopapo. “Quedate quieto, gurí cabezudo, y tené modo que te voy a sacudir un buen chipaí” (mi ex compañero en El Territorio y cura cué, Luis Suárez decía que en Corrientes esto se expresaba más o menos así: “Quedate quieto mitaí, que te voy a dar un buen tapití por la mata de tu oído”).

Es de suponer que en otras partes ocurre lo mismo.

Influidos por las lenguas aborígenes, por los dichos de los inmigrantes, por las ocurrencias de la gente, por la dinámica de la lengua que muta constantemente como lo hace la naturaleza en biología y genética.

Y porque en muchas ocasiones, está el “teléfono descompuesto”.

El columnista de El Territorio Luis Eduardo Benítez quien fue comisario de diversas localidades de Misiones relata:

“Usan ‘renuncia’ en vez de denuncia. Usan ‘cacarear’ en lugar de carear y señalan que alguien les instiga a realizar algo y que les “intica”.

Y Benítez agrega una expresión maravillosa en guaraní que se adaptó al castellano para decir “en un abrir y cerrar de ojos”.

Se escribe “sapyaité” y se traduce “en breves momentos”

Y se pronuncia (así fue quedando) “en un sapoité” o “en un sapuaité”

¿Por qué? Sencillo. Esa y griega o ye del medio es gutural. Solo alguien que sabe hablar bien el guaraní puede pronunciarla y es “sap-guturalüg-aité”

 Regionalismos y expresiones de estos lugares. Vamos a intentar agregar una nueva lista, a aquella inicial que tuvo tantos aportes (y esa es la idea).

1. Tingar. Se usaba en el juego de la bolita. Había dos formas básicas de jugar. Al hoyo y al corralito. En el primero se hacía el susodicho hoyo y los competidores lanzaban sus respectivos “instrumentos” (bolitas) y el que quedaba más cerca del hoyo empezaba. La consigna era “tingar” (golpear hacer contacto) la bolita del rival y hacer hoyo. Así el rival perdía. Por extensión, hoy se escucha mucho: “Ni me tinga” para significar “ni me toca” o “ni me afecta”.

2. Más juegos infantiles. Capichuá. El juego de las piedritas. Cinco. Bastante parejas en forma y tamaño. Tirarse en el suelo y abrir grande las piernas en forma de U o de signos de paréntesis. Lo lindo era sentarse en la tierrita. Ahí se desparramaba mejor el suelo y se agarraban (tomaban) mejor las piedras en el voleo.

3. A la colancia. Cuando se tiraba algo al aire (caramelos, figuritas, etc) y todo lo que se agarraba era para el que lo conseguía. Una especie de piñata pero desde abajo.

4. Virá cambota. Dicen que es un término correntino. De hecho Marito Bofill lo usa en la letra de Bar y Pista (“Si esta noche decís que sí, Soy capaz de cualquier cosa: Hasta cruzarme el bañado Haciendo virá-cambota“). Pero en la infancia mía en Eldorado, escuchaba mucho. Para Hugo Amable, va todo junto y equivale a ‘vuelta carnero’. “Cambota” es la estructura circular de una rueda de carro y es de origen brasileño. Hacer virá cambota (o tirarse para adelante con todo el cuerpo y girar sobre uno mismo) formaba parte de las piruetas infantiles. Hoy le llaman psicomotricidad. Antes, Virá Cambota.

5. Angá. Angasito. Se usa como terminación de una frase que describe a alguien que la está pasando mal o que da lástima y redundante porque va con “pobre” también. “Y José Luis, Angá el pobrecito, pisó el tacho herrumbrado y se cortó la pata”

6. Yaguá. Literal quiere decir “perro” pero dicho en determinadas circunstancias, significa descreimiento y rechazo a una persona, expresión o situación.

7. Allá ité. Allá lejos. Bien alejado. Es lo más parecido a la expresión inglesa “So far away“, según mi humilde conocimiento de la lengua de Shakespeare.

8. Aparato. Es una expresión que se aplica a personas con determinadas (y únicas) características que las hacen inclasificables. “¿Mirá lo que hizo?” “Y, sí. Es un aparato increíble ese tipo”. Aparentemente el origen de la expresión viene de una frase un poco más larga. Era cuando se decía -hablando de alguien- “Esa persona es un aparato (de radio… Le ponés antena y sintoniza)”. Y de ahí, quedó la versión acortada.

9. Changüí. Ventaja que se da a alguien en un juego o competencia debido a que tiene menos cualidades o es menos competitivo. Es lo más parecido -otra vez, el inglés- a la expresión británica “handicap”.

10. Cambá bolsa. Se refiere a un estilo de vestir que aparentemente tiene relación con los cosecheros de yerba (tareferos en Misiones). Es una vestimenta abultada, abuchonada. Algunos lo vinculan los “neo hippies” también. “Los de Ciencias Sociales se visten todo, onda cambá bolsa” suele escucharse.

10) “Papo” es una inflamación, algo hinchado. Pero cuando se lo usa figuradamente -al estilo misionero, mismo- “papear” es hacer alarde, presumir, estar agrandado (de AHÍ la figura) y el que anda alardeando es un “papudo”. En el Alto Paraná suele usarse “papudear” derivado a su vez de ese sustantivo y no ya del original “papo”… pero el sentido es el mismo!

11. Olero. El apreciado doctor en Antropología Leopoldo Bartolomé lo decía: “viene de ollos, que es la arcilla de donde sale la materia prima para fabricar ladrillos en forma artesanal. O sea, sería algo así como “arcilleros”.

En la ocasión anterior se citó a Hugo Amable. Y su obra Las figuras del habla misionera.

Un sustantivo muy usado se transformó en un verbo político. Mandioca es una raíz fuente de carbohidratos maravillosa de estas tierras. Una de esas comidas que (frita, hervida -sancochada se le suele decir- o al horno, o como puré) que produce delicias a la mayoría de la gente de aquí.

Pero devino verbo. “Mandiocar” es ponerse a realizar algunas negociaciones en el límite de lo legal, hacer arreglos non sanctos. “Están mandiocando para conseguirle un cargo al sobrino”.

Y hablando de políticos y de recién llegados, aún a 50 años no puedo olvidar la campaña política de 1973 en Eldorado. Eran otras épocas y la gente decía que te agarraba un seguir de Karl Marx y en tres horas salías convencido de que tenías que formar parte del PC.

En LT18 radio Eldorado tenían acceso todos para mandar su mensajito.

Y uno que hablaba con las “ye” bien marcadas fue a la radio y dijo claramente: “Y a todos los picá rambú vamos a expropiar sus fábricas y repartir entre los obreros”.

Difícil saber si su mensaje pudo llegar porque las sonrisas eran más fuertes. Y porque la revolución no llegó.

Es claro, explica Amable. “Pirá cambú” es algo así como el “pescado chupador”… quizá la traducción libre será “chupa sangre” o “vividor” o parásito. El problema fue querer usar la palabra local sin saber pronunciarla.

(*) Periodista. Técnico en Investigación Socioeconómica

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