Las hermanas de la Congregación Siervas de la Divina Providencia acomapañan y contienen alrededor de 12 chicos con discapacidad y en situación de vulnerabilidad. Desde el hogar de niños ubicado en Miguel Lanús, realizan un trabajo integral con las familias para desafiar las distintas realidades.
Las hermanas de la Congregación Siervas de la Divina Providencia trabajan en el hogar de niños Sagrado Corazón de Posadas, integrado particularmente por chicos con discapacidad y en estado de vulnerabilidad. Allí las religiosas realizan tareas de contención y acompañamiento fundamentalmente en torno a la educación. A su vez cuentan con la atención psicológica y psicopedagoga.
En diálogo con Segundo Plano de Canal 12, la hermana Virginia Bolzán contó que actualmente hay 12 chicos. “El más pequeño tiene 5 años, después hay dos chicos adolescentes que mediante el juzgado están con nosotras, y al resto sus padres los dejan de lunes a viernes. Nosotras trabajamos con ellos durante todo el día: hacemos las tareas, compartimos actividades, y los acompañamos en todo el proceso educativo”, contó.
Sobre el trabajo de los profesionales de la psicología y la psicopedagogía, Bolzán manifestó que la sensibilización trasciende principalmente por la ausencia de los padres. “Hacemos un trabajo integral con las familias, en el que se van haciendo cargo y acompañando la realidad de los niños”, explicó la hermana de 30 años.
El hogar de niños Sagrado Corazón se encuentra en el barrio Miguel Lanús de Posadas y siempre se aceptan donanciones que se pueden acercar directamente al lugar. Lo que también puede ser una “buena oportunidad para conocer a los chicos”, mencionó Bolzán. Los contactos se pueden realizar al celular 3434054817,o a través del instagram de la congregación @hermanas.sdp.
“Entregar mi vida a Dios”
La hermana Bolzán nació en Paraná (Entre Ríos), y lleva consigo el catolicismo desde muy pequeña. “En mi casa siempre fuimos una familia católica, entonces siempre fuimos a misa. De adolescente participé en algunos grupos juveniles en, y surgió ese deseo de entregar mi vida a Dios, querer servirlo a él y ayudar a los otros”, contó la religiosa.
Desde ese momento conoció la Congregación Siervas de la Divina Providencia, fundada por el sacerdote italiano Pasquale Uva en 1922. “La actitud de ser hermana y trabajar de esto, no significa sacrificar algo, sino entregar algo por amor” agregó Bolzán.
¿Monja o hermana?
Ante la duda y diferencia entre ambos términos, Bolzán dejó en claro que “la forma correcta es que te llamen hermana, o en realidad religiosa. Más bien la diferencia tendría que ser entre monja o religiosa. Las monjas son las hermanas de clausura, que viven en monasterios, tienen una vida contemplativa de oración, de entrega a Dios. En cambio nosotras somos religiosas, vivimos en casas con otras hermanas con las que también nos dedicamos a la oración, pero además a la vida activa, o sea podemos trabajar en instituciones”.
La integrante de la Congregación Siervas de la Divina Providencia también habló sobre el uso de la tecnología en la vida cotidiana e incluso las prácticas religiosas. “La tecnología no es algo que haya alejado a las personas de Dios, sino que por ejemplo con el celular tenes distintas aplicaciones para religiosos, con la palabra de Dios, en instagram podes seguir a páginas de católicos. Igualmente creo que la tecnología nos encierra mucho y no nos permite el encuentro con las demás personas”, dijo la religiosa.
Y concluyó: “Dios es el motor de todo. Sin Dios y las oraciones es imposible llevarlo adelante. Lo que hacemos es de corazón por amor a Él”.
