Es tatuador y referente de su estilo en la región. De qué se trata la técnica de tatuaje japonés y cuál es su origen. Diseños coloridos, sólidos y con presencia caracterizan el trazo de Nicolás.
Por Adriana Vargas
Nicolás Piccoto es un artista de la piel. Hace 13 años se dedica a los tatuajes en Posadas, donde recibe a clientes de distintas partes del mundo. Gracias a sus distintivos diseños y la calidad de su trabajo, se ganó el reconocimiento de otros profesionales y aficionados de la tinta.
El joven tiene un estilo bien marcado: el tatuaje japonés tradicional. Se trata de un diseño plano, es decir sin apariencias tridimensionales, donde la figura principal y el fondo se complementan a la perfección. Juntas conviven en una misma obra de forma simultánea, creando una gran pieza.
“Cuando ves el resultado, la satisfacción es mutua. Se vuelve algo muy conmovedor”, contó. Entre sus principales dibujos, los cuales utiliza para plasmar en la piel o para vender encuadrados, las acuarelas se destacan en diversas formas y tamaños: peces, olas, flores, dagas, calaveras, serpientes, dragones, guerreros y princesas.
Un referente en la región
Si bien comenzó a tatuar hace 13 años, Piccoto se dedica al estudio de la técnica hace unos 8 aproximadamente. En diálogo con Canal 12, explicó que al inicio los aficionados se abocan al funcionamiento de las máquinas y a luego a experimentar con la piel.
“Con el tiempo comencé a ver el tatuaje como algo artístico que puede llevarse a otro nivel”, sostuvo. Se refirió a la popularidad que tienen los tatuajes en la actualidad, lo que confirma aún más el hecho de que ya no sean considerados tabú.
El estilo tradicional japonés
Como su nombre lo indica, es originario de oriente y data de tiempos ancestrales, aproximadamente del año 5,000 a. C. En ese entonces los hombres se marcaban la cara y el cuerpo para decorarlo con diseños.
Hasta el siglo VII el tatuaje dejó de tener buena reputación para comenzar a verse como algo desfavorable. Inclusive se usaban como una forma de marcar y castigar a los prisioneros, cortesanas y criminales.
Ya en el siglo XVIII, volvieron a experimentar otra transformación. Debido a la prevalencia del color y los diseños estampados, los tatuajes japoneses se hicieron populares entre grupos de personas como trabajadores, campesinos y pandilleros. Debido a su relación con la clase baja, fueron eventualmente prohibidos en Japón. Sin embargo, los artistas podían tatuar legalmente a extranjeros.
Con el transcurso del tiempo, los artistas comenzaron a tatuar a los marineros no nativos. Eso le da el significado a los símbolos clásicos de este estilo, como anclas, faros y sirenas. Así, el diseño japonés ganó relevancia alrededor del mundo.
