Para la planta ‘estrella’ (o dominante) se recomienda elegir una hierba con sabores y aromas muy fuertes. Esta es la que va a definir el tipo de infusión: suave, intensa o creativa. Luego vienen la base y la que da el toque final
Como planta base se recomienda cualquier tipo de té, manzanilla, ortiga o diente de león o sea hierbas suaves; mientras que para la hierba estrella se puede elegir hierbas con sabores muy fuertes ya que definirá el tipo de infusión, estas pueden ser tomillo, romero, boldo y valeriana.
En tercer lugar, están las notas destacadas o pequeños sabores que se agregan para darle un toque floral pueden ser flores como lavanda o manzanilla, frutas secas como manzana, ananá o arándanos; refrescantes como cáscaras de cítricos, menta o melisa; o las reconfortantes como jengibre, canela cardamomo, pimienta negra o clavo de olor.
Independientemente de cada preferencia, siempre se recomienda usar plantas con propiedades similares y evitar las opuestas.
Y para la proporción, cuando hacemos una infusión sin fines terapéuticos podemos mezclar en partes iguales sin problemas.
Lo más recomendable es usar plantas que conozcamos y estemos acostumbrados a tomar. Así evitamos reacciones alérgicas o algún otro efecto secundario.
La idea es ir buscando diferentes combinaciones, prepararlas en cantidad y almacenarlas en frascos, fuera de la luz del sol.
ARM.