Tras un accidente de su sobrino, la mujer decidió desarrollar su don. Desde chica sintió que tenía el poder para sanar. Ahora, se encuentra en una Capilla de Garupá y trabaja en la sanación de quienes necesiten.
Cuando era pequeña, María Teresa Zubizar sintió que tenía un don para la sanación. El accidente de su sobrino, quien casi pierde la vida, la llevó a realizar una promesa a Dios que, hasta el día hoy, cumple religiosamente. La mujer, más conocida como la vidente de Santa Inés, asegura que la magia negra existe y que con fe y buena energía se puede curar.
“Desde chica tuve un don especial. Un día mi sobrino se moría, luego de que un auto lo arrastrara casi 10 metros. Estaba en coma IV”, contó Zubizar a La última palabra, programa emitido todos los viernes de 21 a 22 por Canal 12.
En ese momento de angustia, Zubizar le pidió a Dios que sanara a su sobrino. A cambio, le prometió que si él mejoraba, ella utilizaría su don para sanar gente. “Yo iba a curar a la gente hasta el último día de mi vida, pero le supliqué que lo devuelva a la vida y él se salvo”, narró. Hoy en día, su sobrino tiene una esposa y dos hijos.
Ayudar desde la fe
Desde ese entonces, Zubizar decidió peregrinar por diferentes partes de Argentina a fin de ayudar a quienes necesitaran. Según detalló, lo hace por intermedio de la fe católica y los santos. “Estoy para atender, ayudar, orientarlos, más en estos tiempos que las personas necesitan una fe, un camino, una esperanza”, explicó.
Sobre cómo lleva adelante sus métodos de sanación, Zubizar comentó que trabaja con las energías. “La mayoría de la gente está muy triste. Yo les doy energía y la gente levanta su autoestima, su ánimo. Tiene ganas de salir adelante”, afirmó. Al mismo tiempo contó que realiza imposición de manos y, a través de ellas, les trasmite buenas energías.
Según relató, se acercan personas que llevan consigo malas energías y negatividad. “Tienen maldad dentro, yo me ocupo de sacarles”, dijo. En esta misma línea afirmó que la magia negra existe e inclusive, realizó exorcismos para acabar con ello.
Subizar reside en Garupá. Tiene un altar dentro de una capilla que construyó al frente de su vivienda. El lugar se llama Los Milagros de San Obrero. La vidente cobra un pequeño arancel para comprar las velas y los objetos para realizar los trabajos. “La persona que se quiere atender solo tiene que venir y pedirme”, cerró.
