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Written by 11:09 am Sociedad

Un productor de Corrientes perdió la mitad de su ganado por los incendios y las sequías

Agustín Aguerre perdió el entusiasmo para ir todos los días a recorrer su campo: no quiere ver más a sus animales sufrir por los efectos de la sequía, pasando de tener 1400 a 700. “No dan ganas de levantarse e ir al campo porque hay vacas muertas siempre”, expresó desde la localidad correntina de Mariano I. Loza.

Hace un año, con los incendios que arrasaron la provincia de Corrientes, se quemó el 80% del establecimiento rural que tiene junto a su familia en la localidad de Mariano I. Loza. En 2022, con el agravamiento de la sequía, la agonía continuó y en consecuencia entre el año pasado y este se redujo 50% su hacienda.

Es desmoralizante lo que estamos viviendo. No dan ganas de levantarse e ir al campo porque entrás y hay vacas muertas todos los días. Hace más de un año que la venimos peleando por la seca, primero estuvo el fuego y después la profundización de la sequía”, lamentó el productor.

 El último año los correntinos atravesaron uno de los peores desastres productivos y ambientales de su historia. En el primer trimestre, según informaron en el INTA, los incendios alcanzaron el 12% de su territorio y entre abril y noviembre se quemaron otras 52.300 hectáreas.

“Entre lo que se quemó y lo que no, quedó prácticamente en las mismas condiciones ante la falta de lluvias, la oferta forrajera para las vacas el año pasado fue casi nula”, indicó el productor, y remarcó que lo que le pasó a su familia “es un espejo de lo que ocurre en la zona”.

Uno de los focos afectó al campo de los Aguerre y la inversión de años de trabajo familiar quedó hecha cenizas: perdieron 1500 hectáreas. No quedaron alambrados, ni corrales. Allí crían vacas, ovejas y algunos caballos, muchos de los cuales murieron. Sin embargo, la pesadilla no terminó. Durante el año pasado continuaron las bajas precipitaciones que afectaron de forma crítica al sector productivo.

“Después de los incendios nos vimos obligados a vender la hacienda del rodeo de cría para que subsistieran los animales que no se nos habían muerto. Por suerte el invierno no fue tan frío, pero esperábamos que en la primavera los campos se recuperen, sin embargo no llovió, llegaron los calores intensos y la situación se tornó sumamente crítica“, comentó.

En rigor, explica que en todo el 2022 solo llovió 203 milímetros, aproximadamente 1000 milímetros menos que el promedio histórico. En tanto, el año anterior el déficit había sido de 700 mm.

En medio del drama, al productor le quedaron 700 vacas de las 1400 que tenía. Normalmente, comenta, por año sacan del rodeo el 30% que son las vacas viejas e incorporan un 30% de vaquillonas que ellos crían. Pero por la reducción que tuvieron que hacer vendieron toda esa recría y no van a tener reposición. “Perdimos el trabajo de muchísimos años porque eran las futuras madres que preparamos genéticamente y sanitariamente para que te den un tipo de ternero que no va a nacer”, lamentó.

Asimismo, explicó que como las vacas no están en buena condición corporal, no se pudieron preñar. “A eso se suma que hasta hace dos semanas el valor que recibíamos por la hacienda era un 30% menor a marzo del año pasado”, agregó.

Por los incendios del año pasado, prácticamente no hay diferencia entre lo que ya se quemó y lo que no. “Todo está en las mismas condiciones porque la calidad del pasto y la oferta forrajera fue casi nula“, indicó el productor.

En este contexto, se suma que con la continuidad de la sequía en el INTA informaron que durante enero de 2023 se contabilizaron 641 focos de calor y en lo que va de febrero 234. Según informaron, las áreas quemadas ascendieron a 27.882 hectáreas, en su gran mayoría humedales.

Ley de Humedales en Misiones, un ejemplo mundial

Sancionada en mayo del 2022 por la Legislatura Provincial, esta normativa provee un marco regulatorio para que se preserven, conserven, defiendan y desarrollen todos los humedales de la provincia que protegen y contribuyen a mantener el orden del ecosistema.

La Ley de Humedales tiene las siguientes finalidades:

  • Proteger los procesos ecológicos y culturales de los humedales, garantizando sus características ecológicas y los valores ecosistémicos que brindan.
  • Identificar los bosques nativos o implantados protectores de humedales.
  • Proteger y conservar la biodiversidad de los humedales.
  • Promover la utilización racional del suelo, el agua, la flora, fauna, paisajes y demás recursos naturales en función de los valores del ambiente;
  • Revalorizar la contribución ambiental, social y cultural en beneficio del desarrollo sustentable;
  • Realizar el control, reducción o eliminación de actividades, procesos, actividades o componentes del medio que ocasionen o puedan ocasionar perjuicio al ambiente y la salud del hombre, como también a su flora y fauna;
  • Lograr un equilibrio ecológico propicio para el sano desarrollo de los habitantes.

Con información de Diario Época

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