San Roque es el patrono de los enfermos y los animales. Todos los años, devotos se acercan a la Parroquia de Villa a Sarita para bendecir a sus mascotas.
Cada 16 de agosto, creyentes se reúnen en La Parroquia San Roque para bendecir a sus mascotas. El Patrono es considerado el protector de los animales y los enfermos. Como todos los años, los vecinos se acercaron y participaron del ritual central que se llevó adelante este mediodía en la iglesia, ubicada en el barrio de Villa Sarita.
“Adquirimos la costumbre de venir todos los años y pedir a San Roque que proteja nuestros animales. Somos muy creyentes”, dijo a canal12misiones.com Cecilia Piczenpack, vecina del barrio. Ella llevó a sus dos labradores, Strofy y Siri para ser partícipes de la bendición. Una hora antes, la mujer visitó la Iglesia junto a Dali y Nina, dos perritas salchichas.
San Roque es patrono de los enfermos, de las mascotas y de todas aquellas personas que son juzgadas injustamente. Fue un hombre oriundo de Montpelier, Francia, donde más tarde decide vender todos sus bienes y dedicarse a los más humildes.
Una tradición que se replica en el mundo
Nala, Simba y Daira son los hijos perrunos de Alejandra Galeano. “Es la primera vez que viene Nala y la segunda de Simba y Daira”, contó la vecina del barrio Villa Sarita. Galeano confía en el patrono de los animales y siempre le reza para que proteja a sus perros y sus dos gatos.
Por su parte, Delia Verón y Mario Encima llegaron a la parroquia junto a sus mascotas, Kiara y Yoy. “Este es el primer año que los traigo”, comentó. Además, destacó que son devotos del santo.
“Es una tradición muy linda y es algo que se replica a través del mundo teniendo en cuenta que el santo es de Francia”, dijo Pedro Ferreyra, párroco de la comunidad. El sacerdote destacó un dato particular de la vida del santo. “Él nació con una marca única. Una cruz en el pecho”, contó.
Quién fue San Roque
San Roque fue hijo de gobernantes. Si bien su infancia fue buena y adquirió una excelente educación desde pequeño, a lo largo de su vida sufrió la pérdida de sus padres. “Él quedó huérfano. En ese momento recibe toda la herencia de sus padres pero decide abrazar la vida de la pobreza por amor a Dios”, dijo Ferreyra.
Los bienes heredados por el santo son donados a su tío y a la gente más humilde del lugar. Así, decide peregrinar de Francia a Roma. “En ese lapso iba curando a los enfermos. Sanó las dolencias y la gente lo llamaba el santo”, afirmó el sacerdote de Villa Sarita.
Por este motivo, San Roque se convirtió, en primer lugar, patrono de los peregrinos. En el trayecto, el beato se contagió de lepra y optó por tomar distancia de la sociedad. “Él se retira solo a una cueva y ahí sucede el hecho por el cual lo recordamos hoy”.
Un perro y un milagro
Mientras vivía la etapa de aislamiento, el santo descubrió una vertiente, que lo mantiene hidratado. En tanto, todos los días, un perro le robaba alimento a su amo y se lo llevaba a San Roque.
Tras reiteradas veces, el dueño descubre hacia donde iba el perro. Allí es cuando encuentra a San Roque y en él, un milagro. La herida generada por la lepra fue curada por las lamidas del perro. Este hecho llevó a que el santo sea considerado patrono de los perros.
Pese a estar sano, a Roque lo confunden con un espía de la Guerra y termina detenido y juzgado de forma injusta. Al morir, su tío lo reconoce por la marca en forma de cruz que llevaba en su pecho.
