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Written by 6:07 am Política

Con una estrategia errónea y alejada de la gente, Macri dejó al PRO al borde de la extinción

Tras la dura derrota electoral del PRO en la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri enfrenta cuestionamientos internos y se asoma a su ocaso.

Mauricio Macri en crisis política total. Así definen hoy en el PRO el momento más oscuro del liderazgo del expresidente, tras quedar tercero en su bastión histórico y sin haber ganado una sola comuna en la Ciudad de Buenos Aires.

Catastrófica derrota electoral deja sepultado al PRO 

Al respecto, el periodista Juan Carlos Argüello apuntó en El Noticiero de Canal Doce que “Macri intentó nacionalizar las elecciones, pero el PRO tuvo unas elecciones catastróficas con un tercer puesto”. 

Además, recordó que tanto Silvia Lospennato como Hernán Lombardi ni siquiera pudieron votar, ya que están domiciliados en la provincia de Buenos Aires. “Le fue muy mal al PRO, mientras que a Santoro y a Adorni tuvieron resultados positivos”, agregó.

En cuanto a las repercusiones de los resultados, contó que “hay quienes dicen que el PRO ya está muerto, que no tiene supervivencia política en este contexto”. En esta línea, para el economista Carlos Maslatón si bien es probable que participen de otras elecciones, como alianza y como partido político se lo da como sepultado.

Además, el periodista consideró llamativa la baja participación del electorado porteño en una elecciones que, si bien fueron legislativas, sirvieron para diagramar un nuevo escenario político y una catastrófica derrota del partido de Mauricio Macri. 

La reconfiguración del mapa político, lejos de la agenda mediática

En su columna de análisis político, los periodistas Gustavo Añibarro y Julieta Martínez analizaron esta “reconfiguración del mapa político y los liderazgos nacionales”. En principio, Martínez aseguró que el PRO perdió su principal “bastión”, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que estuvo 18 años bajo su mandato.

Sin embargo, a partir de estas elecciones legislativas, la figura del presidente Javier Milei adquiere una nueva dimensión. “Lo posiciona a Milei como un líder a nivel nacional, porque los porteños no sólo revalidaron su posición sino que también le enviaron un mensaje a Mauricio Macri”, comentó la periodista. Esto, añadió, tuvo que ver con que el propio ex presidente se puso al frente de la campaña de Silvia Lospenatto.

Aún así, no se dieron los resultados esperados y según Gustavo Añibarro, señala lo que podría ser “el ocaso del PRO”. En paralelo, destacaron las palabras de Manuel Adorni tras su victoria electoral: “Nosotros somos el cambio”. Incluso, Añibarro sostuvo que el propio Leandro Santoro estaba “convencido” de que sería el primero, tanto por la información de las encuestas como por la división del partido amarillo.

Rovira y a capacidad de anticiparse

Contrario a este pronóstico, hubo una persona que fue capaz de anticiparse a los resultados. Según comentó Añibarro, fue el mismo Carlos Rovira quién adelantó cuál sería el resultado genuino. “En la previa de los días jueves, que es cuando sesiona la Cámara de Diputados de Misiones, Carlos Rovira hace años que mantiene la costumbre de convocar a un grupo de diputados, funcionarios, muchos jóvenes, empresarios, emprendedores, algunos periodistas”, contó.

En ese contexto, afirmó, estas personas tienen la posibilidad de escuchar al conductor del Frente Renovador Neo. “Quien quiera conocer a fondo el pensamiento de Rovira, tiene que estar presente en esas sesiones donde habla de todo: política nacional, política local, de cómo está la provincia, incluso de literatura porque es un gran lector”, aseguró Añibarro. Sobre esto, agregó: “Todo esto viene a que el jueves pasado él dijo que iba a pasar esto, que iba a ganar Adorni”.

Ante la sorpresa de los presentes, el Rovira argumentó que a la gente no le importa tanto el asunto de Ficha Limpia como sí la inflación controlada, el dólar planchado. “Él entendió que una cosa es la agenda mediática y otra es la agenda de la calle, de la gente”, comentó Martínez al respecto.

Maruricio Macri, mariscal de la peor derrota del PRO

Mauricio Macri, fundador de Propuesta Republicana (PRO) y protagonista clave de la política argentina en las últimas dos décadas, atraviesa la etapa más crítica de su liderazgo. Con el 15,9% de los votos en la Ciudad de Buenos Aires —distrito gobernado por su partido durante 18 años—, el expresidente quedó tercero en las elecciones y sumió al PRO en una crisis sin precedentes. Sin hablar en el escenario, Macri se limitó a una declaración escueta: “Este resultado da para reflexionar mucho”.

La derrota fue más profunda de lo previsto. Ni una sola comuna porteña quedó en manos del PRO, símbolo de una caída estrepitosa que hirió el corazón del partido amarillo. Mientras Macri partía rumbo a Europa para cumplir con compromisos vinculados a la Fundación FIFA, sus dirigentes en Buenos Aires permanecían en estado de shock.

En los pasillos del partido circulaban rumores de toda índole: desde la renuncia de Macri a la presidencia del PRO hasta un posible cambio de gabinete de Jorge Macri en la administración porteña. Lo cierto es que la derrota desnudó los errores estratégicos del expresidente, que apostó a competir sin alianzas, fragmentando el espacio opositor.

La soledad de Macri

El propio Jorge Macri reconoció que el intento de municipalizar la elección, desdoblándola de la nacional, terminó beneficiando a Javier Milei. Y lo que más irrita a la dirigencia del PRO es que fue el mismo Mauricio Macri quien diseñó ese escenario y eligió competir en soledad. Los porcentajes de otros candidatos opositores —Horacio Rodríguez Larreta (8,08%), Paula Oliveto (2,50%), Lyla Levy (2,31%) y Yamil Santoro (0,62%)—, de haberse sumado a una estrategia unificada, podrían haber modificado sustancialmente el resultado.

En el interior del PRO hay coincidencia en que Macri cometió un error al renunciar a la candidatura presidencial en 2023 sin abandonar su rol de armador. Mientras promovía una interna abierta en Juntos por el Cambio, trabajaba para desgastar a Larreta y favorecer a Patricia Bullrich. Pero su respaldo nunca fue contundente: coqueteó con Javier Milei y, en momentos clave, le restó protagonismo a su propia candidata.

Mauricio Macri, un liderazgo erosionado

La relación con Bullrich terminó de romperse cuando Macri intentó capitalizar el acuerdo con Milei, luego de que ella sellara la alianza electoral con el libertario. Rodríguez Larreta, por su parte, quedó marginado tras el desembarco de Jorge Macri en el gobierno porteño, que desarmó todo vestigio de su gestión. La tensión se volvió insostenible cuando Larreta lanzó su candidatura a legislador porteño y le restó más de 130 mil votos al PRO, cifra clave en un resultado tan ajustado.

mauricio macri

En paralelo, Macri era blanco del fuego amigo. La ministra Bullrich se molestó especialmente por las declaraciones del expresidente el día de las PASO, cuando felicitó a Milei y habló de un “cambio de era”, equiparando los votos del libertario con los de Juntos por el Cambio. Ese gesto fue leído como una traición.

El escenario actual evidencia una ruptura profunda en la dirigencia del PRO. Los principales referentes se distanciaron de Macri, incluso aquellos que llegaron al poder con su apoyo. El expresidente parece haber perdido el control de su propio espacio político.

Un golpe en el bastión

El dato más simbólico —y más doloroso— para Macri es haber perdido la Ciudad de Buenos Aires. Allí forjó su carrera política, fue jefe de Gobierno durante ocho años, y desde allí proyectó su llegada a la Presidencia. Que Milei lo supere en ese territorio implica una fractura del electorado de centroderecha y el avance del libertarismo como nueva fuerza dominante.

El desgaste también se nota en la calle: el 53,2% del padrón porteño decidió no ir a votar, una cifra histórica que golpea a toda la dirigencia pero especialmente a quienes supieron interpretar mejor que nadie el termómetro de la Ciudad.

El futuro de Mauricio Macri

Las preguntas se multiplican. ¿Qué capacidad tendrá ahora Macri para negociar con el mileísmo un eventual acuerdo en la provincia de Buenos Aires? ¿Podrá retener a los dirigentes del PRO que miran con simpatía al Gobierno nacional? ¿Tiene futuro el macrismo como principal fuerza de centroderecha?

Por ahora, el expresidente optó por el silencio. Solo dejó una frase: “Tomémonos una semana”. Pero en política, una semana puede ser una eternidad. Y más cuando el liderazgo que se tambalea es el de quien fundó un espacio que llegó a la Casa Rosada y hoy no puede sostener su peso ni en su lugar de origen.

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