Las delegaciones de Rusia y Ucrania concluyeron una nueva ronda de negociaciones en Estambul con acuerdos humanitarios significativos, aunque sin lograr avances sustanciales hacia un cese al fuego. Ambas partes acordaron intercambiar prisioneros de guerra heridos o menores de 25 años, así como la devolución de 6.000 cadáveres de soldados caídos de cada bando.
El ministro de Defensa ucraniano, Rustem Umerov, y el enviado del Kremlin, Vladimir Medinski, encabezaron las conversaciones, mediadas por Turquía. A pesar de los acuerdos alcanzados, las posiciones sobre un alto el fuego permanecen distantes. Ucrania propuso un cese de hostilidades de 30 días, mientras que Rusia ofreció una tregua limitada de dos a tres días en zonas específicas para recuperar cuerpos.
Durante las conversaciones, Ucrania presentó una lista de casi 400 niños deportados a Rusia, solicitando su repatriación. Moscú se comprometió a facilitar la reunificación de diez de ellos, pero acusó a Kiev de politizar el asunto.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, anunció el acuerdo de intercambio de prisioneros y reiteró la necesidad de sanciones más duras por parte del G7, especialmente en el sector energético ruso. También instó a una mayor implicación de Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump.
Las delegaciones programaron tentativamente nuevas conversaciones entre el 20 y 30 de junio, mientras persisten diferencias fundamentales sobre las condiciones para la paz. Rusia mantiene su exigencia de que Ucrania renuncie a ingresar a la OTAN y ceda cinco regiones anexadas, condiciones que Kiev rechaza categóricamente.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, reiteró su disposición a acoger una cumbre tripartita con Estados Unidos para avanzar hacia una solución al conflicto que ha causado decenas de miles de víctimas en ambos bandos.
Mientras tanto, las hostilidades continúan. Ucrania reivindicó un ataque con drones contra bases aéreas rusas, dañando más de 40 aviones estratégicos. Rusia respondió con ataques nocturnos utilizando drones kamikaze y misiles.
A pesar de los avances humanitarios, el camino hacia una paz duradera sigue siendo incierto, con ambas partes manteniendo posturas firmes y condiciones difíciles de conciliar.