Rusia ejecutó uno de los bombardeos más intensos desde el inicio de la guerra en Ucrania, hace más de tres años. El ataque, que comenzó durante la noche del jueves y se extendió por horas, alcanzó Kiev y otras seis regiones del país. Autoridades ucranianas confirmaron la muerte de tres trabajadores de emergencias en la capital.
El operativo ruso incluyó 407 drones y 44 misiles balísticos y de crucero. Así lo explicó el portavoz de la fuerza aérea ucraniana, Yurii Ihnat. Las fuerzas ucranianas afirmaron que lograron derribar alrededor de 30 misiles de crucero y hasta 200 drones. Sin embargo, varios objetivos fueron alcanzados.

Qué dijeron en Ucrania sobre el ataque de Rusia
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, calificó el ataque como una nueva muestra de la estrategia del Kremlin. “Rusia no cambia sus costumbres”, sostuvo. Las explosiones estremecieron Kiev durante toda la madrugada y provocaron incendios en varios distritos. Tymur Tkachenko, jefe de la administración de la ciudad, pidió a los vecinos que buscaran refugio.
La intensidad del bombardeo coincidió con declaraciones del expresidente estadounidense Donald Trump. “Tal vez sería mejor dejar que Kiev y Moscú luchen por un tiempo”, dijo. La frase marcó un giro respecto de su retórica habitual, más inclinada a frenar la guerra, e insinuó un posible abandono de los esfuerzos diplomáticos recientes.
Horas antes del ataque, el presidente ruso Vladimir Putin advirtió a Trump que se vengaría por las operaciones ucranianas sobre territorio ruso. En las últimas semanas, Kiev atacó infraestructura estratégica, como puentes y aeródromos. Putin calificó esas acciones como “terroristas”, mientras que Ucrania las enmarcó dentro del denominado “plan Telaraña”.
El Ministerio del Interior ucraniano y la fiscalía informaron que los tres trabajadores muertos en Kiev intentaban socorrer a víctimas cuando cayeron nuevos proyectiles. “Estaban trabajando bajo el fuego para ayudar a la gente”, expresó el ministerio en un comunicado. Además, el ataque dejó a más de 2.000 hogares sin electricidad en la capital.
En otras regiones del país, las consecuencias también resultaron graves. En Ternopil, un bombardeo dejó 10 heridos y afectó servicios esenciales como el agua y la electricidad. En Poltava, tres personas sufrieron heridas. Los ataques también alcanzaron Leópolis, Khmelnytskyi y Cherníhiv, donde se registraron daños en viviendas e infraestructura.

La versión de Rusia sobre el ataque
El Ministerio de Defensa ruso aseguró que apuntó exclusivamente a objetivos militares con “armas de precisión de largo alcance”. Según Moscú, impactó depósitos de armas, fábricas de drones e instalaciones de reparación. No obstante, las autoridades ucranianas denunciaron impactos en zonas residenciales.
El canciller ucraniano, Andrii Sybiha, criticó la comparación entre ambos países. “La diferencia (…) es que Ucrania golpea objetivos militares legítimos, como aviones equipados para bombardear a nuestros niños. Rusia apunta a zonas residenciales, civiles e infraestructura crítica”, escribió en X. “Poner a Ucrania y Rusia en el mismo plano es inaceptable”.
Mientras tanto, el conflicto también se trasladó al interior de Rusia. Las defensas antiaéreas del Kremlin derribaron 10 drones ucranianos que se dirigían a Moscú. Así lo informó el alcalde de la ciudad, Sergei Sobyanin. Durante la noche, los aeropuertos suspendieron vuelos por precaución.
Otros drones ucranianos impactaron regiones rusas donde causaron daños en edificios de viviendas y plantas industriales. Tres personas resultaron heridas, según fuentes oficiales. Además, el Ministerio de Defensa ruso reportó que sus sistemas de defensa derribaron 174 drones sobre 13 regiones y tres misiles Neptune sobre el mar Negro.
Ucrania también atacó aeródromos y depósitos de combustible dentro del territorio ruso. Así lo confirmó el Estado Mayor ucraniano. En Belgorod, una locomotora descarriló tras la explosión de un tramo ferroviario. El gobernador Vyacheslav Gladkov atribuyó el hecho a un nuevo sabotaje de Ucrania.
Piden ayuda internacional desde Kiev
El responsable de derechos humanos de Ucrania, Dmytro Lubinets, reclamó una respuesta internacional contundente. “Rusia está actuando como un terrorista, atacando sistemáticamente la infraestructura civil”, escribió en Telegram. “El mundo debe responder de forma clara y tomar medidas concretas, incluyendo condenar las acciones del agresor”.
Hasta el momento, la guerra provocó la muerte de más de 12.000 civiles, según cifras de Naciones Unidas. Pese a los intentos diplomáticos liderados por Estados Unidos, las negociaciones entre Moscú y Kiev no arrojaron avances concretos. Ucrania propuso un alto el fuego de 30 días y una reunión directa entre Zelenski y Putin. El Kremlin, sin embargo, no aceptó la propuesta y mantiene su postura intransigente.
El Instituto para el Estudio de la Guerra, con sede en Washington, cuestionó esa actitud. “El Kremlin continúa con sus esfuerzos para presentar de forma falsa a Rusia como dispuesta a participar en negociaciones de buena fe”, indicó el centro en un informe reciente. Mientras tanto, el conflicto escala sin señales de una salida cercana.