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El inesperado problema de Auckland City con el reparto del premio tras empatarle a Boca

La escasa claridad en la distribución del dinero obtenido por su participación generó tensiones sin precedentes en el fútbol de Nueva Zelanda. En principio, el equipo por sumar un punto en el Mundial de Clubes, le correspondería un millón de dólares más, además de lo estipulado por disputar el certamen.

Si bien el arquero suplente Sebastián Ciganda había revelado que el premio por haber empatado 1-1 ante Boca en el Mundial de Clubes -el único punto cosechado en la fase de grupos- lo iban repartir “entre el cuerpo técnico y plantel de Auckland City”, en las últimas horas surgió un inesperado contratiempo: un tire y afloje entre el club y la Federación de Fútbol de Nueva Zelanda por la asignación de la parte del dinero.

Los Navy Blues deberán acordar con NZ Football cómo se distribuirá la porción que le corresponde del pozo total de mil millones de dólares que entrega la FIFA: se estima que la recompensa ronda el millón de la moneda estadounidense. Sin embargo, cuando los jugadores se frotaban las manos e imaginaban qué hacer con esa jugosa cifra, se reavivaron viejas discrepancias sobre la administración de fondos en el país oceánico y no parece haber señales de resolución.

Las partes iniciaron la mediación a fines del año pasado, aunque todavía no llegaron a un acuerdo, principalmente por la incertidumbre respecto al monto final que recibirá Auckland City. Por clasificarse al máximo torneo en Estados Unidos, el equipo ya contaba con 3.58 millones.

Asimismo, el empate frente al Xeneize le agregó un bonus que podría superar el millón de dólares, un alivio significativo, teniendo en cuenta que sus ingresos anuales no pasan de los  667 mil. Lo curioso es que el plantel tiene varios “trabajadores de la pelota”: profesores, como Christian Gray (verdugo de Boca al marcarle el 1-1 de cabeza), choferes de montacargas, vendedores y agentes inmobiliarios, quienes volverán a sus actividades comunes al regresar a Nueva Zelanda.

El contraste financiero entre ambos mundos también se percibe en los sueldos: mientras una estrella del Bayern Múnich gana más de 500 mil dólares semanales, los de Auckland City reciben hasta 150 dólares neozelandeses (apenas unos 90 estadounidenses), el máximo permitido por las normativas federativas para gastos elementales.

Sobre esta cuestión, el director general, Gordon Watson, remarcó que el verdadero valor es simbólico y emocional para los jugadores: “Nunca hemos estado en esto buscando la recompensa económica”. Aunque para muchos es un elenco desconocido, Auckland City tiene una larga historia en el Mundial de Clubes. Jugó en las 12 ediciones previas, cuando el certamen se organizaba anualmente y el premio era mucho menor, e incluso enfrentó a San Lorenzo en 2014 (perdió 2-1).

En ese formato, la costumbre era repartir el ingreso: el club conservaba la mitad y el resto se distribuía entre sus rivales del torneo local. Actualmente, con montos más abultados, ese esquema derivó en tensiones con la federación. Watson reconoció que se encuentran en pleno proceso de mediación con NZ Football y explicó que el reglamento vigente obliga a los equipos a ceder los derechos económicos del premio al ente rector, que los gestiona en sus cuentas bancarias antes de aplicar un sistema consensuado de reparto. “No estoy autorizado a hablar más sobre el tema. Tendremos que esperar a ver qué sucede”, deslizó.

La postura de la Federación local

Por su parte, el director ejecutivo de NZ Football, Andrew Pragnell, dijo que, aunque los detalles del modelo de reparto no se divulgaron, tuvo la participación de todos los equipos nacionales. Pidió esperar, mientras remarcó que la federación se quedará con la parte menor del premio y se aseguró que “Auckland City no solo no debería perder dinero, sino que también debería recibir una buena recompensa”.

Desde 2022, las autoridades del fútbol neozelandés redefinieron el esquema de competencia: 32 equipos se distribuyen en tres regiones (Norte, Central y Sur) y luego acceden a una liga doméstica de 10 clubes, cuya definición se da en diciembre. El objetivo es lograr una base más amplia y una asignación más justa de recursos. Antes, el Mundial de Clubes reunía únicamente a los seis campeones continentales y al anfitrión, en un torneo breve de menos de dos semanas.

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