Recolectan agua de lluvia, la filtran y la almacenan en un reservorio. Se reutiliza en la limpieza de la institución y en el riego de cultivos. El sistema fue creado en su totalidad por los alumnos. La cosecha de agua de lluvia es ley en Misiones.
El cuidado del ambiente y el mejor aprovechamiento de los recursos es fundamental para mitigar los efectos del cambio climático. Los sistemas productivos, a nivel mundial, adoptan medidas cada vez más sustentables y Misiones no es la excepción. Los alumnos de la Escuela de la Familia Agrícola (EFA), de Fachinal, implementaron un sistema de recolección y reaprovechamiento del agua de lluvia que se reutiliza para la limpieza del establecimiento y en los diferentes sistemas productivos.
La Cámara de Representantes de Misiones sancionó -la semana pasada- la Ley que impulsa el Sistema de Gestión Holística de Agua Pluvial, como método estratégico de planificación en el manejo eficiente de agua de lluvia con destino a usos múltiples, actividades agropecuarias y forestales, en áreas urbanas y rurales.
Con el fin de aumentar la resiliencia, se busca también establecer lineamientos normativos generales para la captación, el tratamiento y el uso de este recurso fundamental. De esta manera, se fortalece la gestión del agua de lluvia y la previsibilidad ante posibles contingencias ambientales.
Iniciativa de los alumnos
En este marco, el director de la EFA, Sergio Buddemeyer, explicó que es un sistema de aprovechamiento que fue creado por los propios alumnos, implementado por la comunidad educativa y acompañado por otras entidades y empresas locales.
“Después del déficit hídrico que vivó la región en 2021, nos dimos cuenta que desaprovechamos un recurso muy importante“, explicó Buddemeyer. Detalló que “notamos que los chaparrones eran de gran intensidad en corto tiempo. Que quizás no alcanzaba para las plantaciones, pero si se almacenaba se lograba recolectar mucha agua en pocos minutos“. Entonces, por ello implementaron un sistema de recolección a través de las canaletas del techo, con filtros caseros que se almacenan en tanques. Eso se usa en la escuela para limpiar y para los diferentes sistemas productivos.
El director revalorizó estas antiguas estrategias armónicas con el cuidado del ambiente y el mejor aprovechamiento de los recursos. “Hicimos gestión para rescatar esta actividad, porque la cosecha de agua de lluvia no es algo nuevo sino algo que se perdió. Es algo que hacían nuestros abuelos. Realizamos algunos ajustes, agregamos filtros y si se mantiene el agua de forma hermética logramos tener grandes cantidades de litros”, explicó.
Prácticas que se replican en las chacras
La escuela tiene un vínculo muy nutrido con las familias que ven, participan y replican los sistemas en sus hogares. Así, generan soluciones como también conciencia y responsabilidad ambiental. “El 95% de nuestros alumnos son hijos de productores y pequeños productores, al venir a la escuela ven lo que hacemos, participan en charlas y lo replican en sus chacras y eso tiene muchísimo valor”, aseguró Buddemeyer.
La idea de que todo sea casero, incluso los filtros, es justamente para que los alumnos puedan realizarlo con facilidad en sus chacras. “Esto está en proceso aún, sabemos que el agua es algo transversal en todos los tipos de producción, queremos avanzar hacia un vivero e implementarlo totalmente en el sector productivo para los animales para que la escuela sea sostenible“, detalló el director.
También, resaltó la sinergia público privada, como el rol del INTA y el EPRAC, que colaboraron con las charlas y capacitaciones. Por último, contó que empresas privadas se sumaron con la donación de insumos. “Fue una colaboración muy interesante entre instituciones, eso es lo que incentivamos todo el tiempo, esa interacción entre todos buscando un bien común”, reflexionó.
