Esta semana se dieron a conocer imágenes de un águila harpía en la reserva de biósfera Yabotí. La provincia protege a la especie con diversas leyes de conservación de la selva misionera.
La selva paranaense alberga el 52% de la biodiversidad de Argentina. Por ello, Misiones dispone de leyes que preservan y garantizan el bienestar de especies que habitan el espacio. Esta semana, se produjo un histórico hallazgo que brinda certeza acerca del correcto accionar. El Instituto Misionero de Biodiversidad (IMiBio) dio a conocer imágenes del ejemplar de Águila Harpía (Harpia harpyja). La última vez que se observó a la especie fue en 2004.
“Su presencia requiere de grandes extensiones de selva bien conservada para vivir. Es reflejo de la exitosa política de conservación que lleva adelante la provincia como bandera”, señaló el director general del IMiBio, Emanuel Grassi.
Fredy Holl fue quien consiguió tomar imágenes del animal, luego Marcia Helou de la Reserva Suirirí las compartió al grupo Proyecto Águilas de Misiones, que pertenece al IMiBio. Dicha institución confirmó el hallazgo junto a especialistas de la región y de Latinoamérica. Junto al Ministerio de Ecología, brindaron la información junto con otras entidades dedicadas a la preservación de esta y otras especies.
“Estábamos convencidos de que Misiones aún era hábitat de las águilas harpías, pero este avistaje además de ser histórico, ratifica el trabajo articulado que se hace entre distintos organismos y el compromiso que tiene la sociedad misionera con la protección y preservación de la selva paranaense”, afirmó Grassi. Además, invitó a los misioneros a continuar con el avistaje de aves a fin de dar a conocer las especies con las que cuenta la provincia.
Preservar especies
Cabe destacar que esta especie de águila, declarada Monumento Natural Provincial desde 1996 (Ley XVI-N°44), se encuentra categorizada a nivel nacional como “amenazada” e internacionalmente como “vulnerable”. Con el objetivo de concientizar sobre su importancia y la de otras cuatro águilas que habitan la provincia, el IMiBio lleva adelante desde hace dos años el Proyecto “Águilas de Misiones”.
El mismo está destinado a generar información actualizada sobre la situación y distribución de ésta y otras cuatro especies de águilas que habitan en la Selva Paranaense: el Águila Crestuda Negra (𝑆𝑝𝑖𝑧𝑎𝑒𝑡𝑢𝑠 𝑡𝑦𝑟𝑎𝑛𝑛𝑢𝑠), el Águila Crestuda Real (𝑆𝑝𝑖𝑧𝑎𝑒𝑡𝑢𝑠 𝑜𝑟𝑛𝑎𝑡𝑢𝑠), el Águila Viuda (𝑆𝑝𝑖𝑧𝑎𝑒𝑡𝑢𝑠 𝑚𝑒𝑙𝑎𝑛𝑜𝑙𝑒𝑢𝑐𝑢𝑠) y el Águila Monera (𝑀𝑜𝑟𝑝ℎ𝑛𝑢𝑠 𝑔𝑢𝑖𝑎𝑛𝑒𝑛𝑠𝑖𝑠), a fin de concientizar a la población sobre la importancia de su preservación.
Sobre las águilas harpías
Desde el descubrimiento de esta ave, son muchos los nombres que ha recibido por su imponencia y su parecido con los humanos cuando se postra sobre los árboles. No solo es conocida en el mundo por sus colores y su cresta de plumas grisáceas, sino también porque es el águila más grande que se puede encontrar en la actualidad en América. Suele tener una talla de 90 a 100 centímetros, y una envergadura de hasta 2 metros, además pesa entre 70 y 80 kilos.
Las plumas, tanto de sus alas como las de sus hombros son de color negro o en algunas ocasiones gris muy oscuro. También tiene esta tonalidad el pecho y el cuello de este animal. La cabeza tanto por delante como en la nuca tendrá una tonalidad gris ceniza más clara. El plumaje que se encuentra en esta zona puede ser levantado a placer, haciéndolo sobre todo cuando está sorprendido, quiere impresionar a una presa o simplemente para el cortejo en épocas reproductivas. El resto del cuerpo, desde el vientre hasta las patas e incluso el plumón interior de las alas será de un color blanco puro.
Se destacan en el águila harpía sus potentes garras. Las mismas son capaces de desgarrar a cualquier animal que entre en su alimentación, los cuales casi siempre son monos y roedores que habitan en las zonas arbóreas. Su pico, al igual que el resto de rapaces tiene una terminación curva con una punta afilada, que utiliza para separar la piel de la carne y también para rematar a sus víctimas. Los ejemplares pueden vivir más de 40 años.
