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Written by 9:22 pm Ecología

El IMiBio apunta a identificar más especies de insectos de la Selva Paranaense

Además de conocer mejor la fauna de un ambiente único en el mundo como lo es la selva Paranaense, aportará datos esenciales a la gran biblioteca genética de flora, fauna y funga mundial.

Una iniciativa llevada a cabo en conjunto por el IMiBio y el Conicet, analizará genéticamente la población de insectos local de la selva Paranaense. Mediante la colocación de tres trampas Malaise en distintos puntos de Puerto Iguazú, podrán conocer sus principales características y estados de conservación.

Con el objetivo de identificar y documentar cuáles son las especies de insectos que habitan en la sección de Selva Paranaense ubicada en Puerto Iguazú, el Instituto Misionero de Biodiversidad (IMiBio) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) se unieron para llevar adelante el proyecto de investigación Códigos de Barras Genéticos de la Entomofauna Argentina mediante el Empleo de Trampas Malaise: Construyendo una Herramienta para la Identificación, Descubrimiento de Especies y el Monitoreo de la Biodiversidad para su Conservación.

El proyecto es impulsado por el Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia (MACN), principal nodo argentino de participación en iniciativas para identificar y administrar la diversidad biológica mediante la generación y empleo de los códigos de barras de ADN (DNA barcoding, en inglés); y forma parte de un trabajo a escala global por el cual se pretende crear una base de datos genéticos de toda la flora, fauna y funga mundial.

Trampas diseñadas para capturar insectos voladores

La parte inicial del proyecto se llevó a cabo en el mes de mayo y consistió en la colocación de tres trampas Malaise en distintos puntos de Puerto Iguazú. La primera trampa está ubicada en la Reserva Iryapú, la segunda en la Parcela Permanente de investigación del IMiBio y la tercera en la Aldea Mbya Iryapú.

Este tipo de trampas están diseñadas para capturar insectos voladores. Poseen una malla de interceptación de vuelo con un recipiente donde se almacenan en alcohol los insectos capturados. En ese marco, cada una de las redes es monitoreada semanalmente por Alejandro Saint Esteven, del IMiBio, quien se encarga de controlar su estado y recuperar los especímenes recolectados y colocarlos en un frasco etiquetado para su disposición en la Sala de Colecciones del IMiBio.

Este procedimiento que se estima se extenderá hasta abril del 2024, continuará con la posterior entrega de todo lo colectado al Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia, quien tendrá a cargo la gestión del análisis genético de los especímenes en la Universidad de Guelph, Canadá.

Proyecto global en la selva Paranaense

Según remarcó Saint Esteven, la colocación de las trampas Malaise en la ciudad de las Cataratas no responde a una investigación aislada sino que forma parte de “un proyecto a nivel global por el cual se erigen trampas similares en todo el mundo para recabar información sobre la distribución y la diversidad de insectos, a la vez que se pretende expandir el conocimiento de la base de datos moleculares de la diversidad del grupo”.  

La información obtenida a partir de la implementación de este convenio de trabajo no solo servirá para conocer mejor la fauna de un ambiente único en el mundo como lo es la Selva Paranaense, sino que aportará datos esenciales a la gran biblioteca genética de flora, fauna y funga mundial que se está formando.

Esto permitirá realizar una gestión ordenada del estado de conservación del ambiente. Por ejemplo, se agilizarán los métodos de detección de cambios en la biodiversidad, lo cual podría ser síntoma de modificaciones en la calidad ambiental, o la identificación rápida de especies exóticas, de importancia sanitaria o económica.

Biodiversidad extraordinaria en Iguazú

“De las nueve trampas Malaise que el MACN instaló en la región noreste de Argentina, tres de ellas están en Puerto Iguazú con el fin de relevar la entomofauna de la Selva Paranaense. Este sin dudas, es un sitio particularmente interesante para muestrear dado que es uno de los 36 puntos del planeta con biodiversidad extraordinaria (llamados hotspots)”, agregó el especialista a cargo.

La base de datos global, actualmente en construcción, cuenta con cerca de 253.000 especies animales, 72.000 de plantas y 25.000 de hongos y otras formas de vida. Todos los datos están mayormente abiertos y pueden verse en este enlace.

Sin embargo, aún queda mucho trabajo por realizar, ya que se estima que existen más de 8.750.000 especies en el planeta y los registros de identificación actuales están lejos de esa cifra.

Asimismo, los insectos son uno de los grupos con menor nivel de registros ya que suelen ser pequeños, y muy específicos de lugares o momentos del año; además, su diversidad es tan abrumadora que no hay suficientes especialistas en el mundo para identificar a todas las especies.

Con el ambicioso objetivo de incluir a toda la diversidad biológica posible, miles de instituciones científicas del mundo (entre ellas, el MACN y muchas argentinas) se organizaron para trabajar en el muestreo y obtención de información genética que día a día acrecientan la base de datos de códigos de barras de ADN de las especies de la Tierra.

Antecedentes: más de 75 mil insectos obtenidos en Oberá

En el año 2013 se llevó a cabo un relevamiento similar en Misiones. Producto de esa colecta que se extendió por el periodo de un año en el Centro de Investigaciones Antonia Ramos, en Oberá se registraron alrededor de 75.000 ejemplares de insectos.

Con un análisis posterior a la obtención de los códigos de barras genéticos de la colecta, estimaron que potencialmente habrían sido colectadas poco más de 8600 especies.

El 80 % de esta información fue novedosa para la base de datos mundial, y resulta destacable mencionar que esta trampa situada en plena Selva Misionera fue en aquella oportunidad la que mayor cantidad de especímenes colectó en todo el mundo.

Esperan que los resultados de la campaña actual sigan la tendencia de números de diversidad de colectas similares, que son a su vez reflejo de la diversidad de insectos conocidos.

Generalmente, las especies de insectos pertenecen a los órdenes hiperdiversos: Diptera (moscas, mosquitos y afines), Hemiptera (chinches, áfidos, chicharras y afines), Lepidoptera (polillas y mariposas), Hymenoptera (avispas, abejas y hormigas) y Coleoptera (escarabajos y afines).

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