Son más de quince huertas orgánicas. Los productores son parte de una asociación civil que fomenta la producción sustentable. Destacaron los buenos resultados tras la aplicación de los productos biológicos. El estado brinda asesoramiento, capacitaciones e insumos orgánicos.
Por Vanina Naumtchuk
Las huertas orgánicas para consumo comunitario sobresalen en los barrios de Garupá. Se trata de una iniciativa impulsada por un grupo de vecinos que forman parte de la Asociación Civil Dios es Luz. Allí todos aprenden -y todos trabajan- para fomentar la agricultura familiar, la alimentación saludable y el cuidado del ambiente, a través del uso de bioinsumos y métodos naturales en la producción de alimentos. Así destacaron los productores a Canal 12, tras una recorrida por distintos emprendimientos.
Con asesoramiento del Instituto de Fomento Agropecuario e Industrial (IFAI), Agricultura Familiar y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), hace algunas semanas comenzaron a implementar biofertilizantes en algunos canteros dentro de las huertas. El resultado fue mejor de lo esperado, aseguraron los vecinos entrevistados.
Con el objetivo principal de alimentar a las familias de la zona con productos saludables y de calidad plantan absolutamente todo. Diversas especies de lechuga, acelga, espinaca, albahaca, repollo, coliflor, remolacha, zanahoria, zapallo, cebolla, cebollita, ajo, perejil, mandioca, chaucha y hasta maní, son parte de la lista.
Alimentos más sanos y más ricos
Según explicó a Canal 12 el horticultor, Juan Carlos Jablonski, trabajan en las huertas orgánicas para que los vecinos del municipio, y también de alrededores, coman sano. “Comenzamos a usar un fertilizante, también orgánico, porque queremos que el alimento que llegue al plato de las familias sea sano“, aseguró.
Jablonski detalló que el bioinsumo hace que la planta crezca más rápido y más grande, con mejor textura y también mejor sabor. Además contó que implementan una cubierta de pasto denominada “mantillo” que funciona como aislante natural ante el calor y el frío.
“Con el biofertilizante notamos un cambio positivo. Plantamos algunas parcelas solo con mantillo y en otras, aplicamos el biofertilizante para comparar los resultados”, explicó.
Desde la Asociación explicaron que los vecinos se capacitan y trabajan en equipo. “Los adultos, a prueba y error fueron ganando experiencia y hoy ayudan a los más jóvenes y los animan a interiorizarse en la producción de hortalizas“, añadieron.
“Hace seis años que trabajo en las huertas“, contó la horticultora, Alba Beatriz Rodríguez. En el espacio detrás de su casa produce lechugas, distintas hojas como acelga, albahaca y espinaca. También plantó brócoli, coliflor, puerro, remolacha y repollo.
Soluciones naturales eliminan insectos y mejoran rindes
Rodríguez explicó que intercaló diferentes especies aromáticas en los canteros como romero, menta, anís, salvia y también flores como caléndula que alejan a los insectos y evitan la aplicación de químicos. “Son repelentes naturales para los insectos y orugas que perjudican las verduras“, añadió.
También destacó que gracias al IFAI se pudo solucionar los ataques de hormiga. “Nos entregaron un bioinsecticida para hormigas y tuvimos muy buenos resultados “, aseveró.
Al respecto, aclaró que el producto se aplica directamente en el hormiguero o a los costados de los canteros y no sobre las plantas. De esta manera, pudo solucionar el inconveniente y logró un mejor rendimiento. “Aprendemos a comer mejor. Porque no sabemos que le ponen a todo lo que compramos. Esto que producimos va sin químicos; respetando el proceso natural que, tal vez lleva más tiempo, pero es mucho más sano“, destacó Rodríguez.
“Hace un año y medio estoy trabajando en esta huerta, es un trabajo que me gusta mucho. Hay que ponerle empeño, ocuparse, ver los detalles, donde se saca una plantita ya ponemos otra y así estamos con variedades”, especificó la horticultora, Estela Silva.
Silva sumó además abono orgánico que prepara también en su casa. “Toda la producción es orgánica, en el fondo de mi terreno tengo compost que preparo y hago mi abono orgánico y lo traigo a la huerta“, explicó.
Con respecto al mantillo dio algunas recomendaciones. “Primero hay que ablandar la tierra y humedecer. Luego ponemos las plantitas y eso las protege del frío y del sol, además ayuda a mantener la humedad del suelo“.
Silva contó que también aprenden e implementan biofertilizantes. “Nunca trabaje con fertilizantes orgánicos, así que me asesoré con los técnicos y decidí probar en diferentes canteros, y funciona bien“, destacó. Con respecto a los cambios dijo que las verduras “crecen más rápido y con más vigor“.
Políticas de estado que preservan la salud
Todos los productores reconocen que pocos días después de aplicar el biofertilizante observaron mejoras en cuanto al tamaño de las plantas, el color -que es más intenso-, la fuerza con la que crecen las verduras, la textura y el sabor ha mejorado; además aseguraron que el único insumo que les trajo soluciones con las hormigas fue el insecticida orgánico.
Es importante recordar que la provincia de Misiones apuesta al crecimiento económico y desarrollo productivo en consonancia con el cuidado del ambiente, la preservación de los recursos naturales y el cuidado de la salud de los misioneros. En este sentido, la Legislatura provincial convirtió en Ley la Promoción de la Producción de Bioinsumos, que le pone el marco normativo a esta actividad que ya se realiza en la tierra colorada.
Una decisión política fundamental que regula la actividad para asegurar el cumplimiento, resguardar la salud de los productores, impulsar la agricultura sustentable y mitigar los efectos del cambio climático. Además de acompañar y asesorar a los productores con capacitaciones y bioinsumos que impulsan la transición de los modelos de producción hacia chacras más ecológicas, saludables y sostenibles.
