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Written by 12:20 pm Agro y Producción, Información General, Internacionales

Retroceso masivo de ventas de los productos a base de glifosato y lluvia de demandas

Bayer informó que los resultados del segundo trimestre fueron los peores de lo previsto, tras la caída de la facturación de productos con el herbicida. Norteamérica, Latinoamérica, así como Europa, Oriente Medio y África redujeron los vólumenes de compra del Roundup.

El beneficio operativo de Bayer, el grupo químico y farmacéutico alemán, retrocedió un 54% en el primer semestre, hasta los 2.017 millones de euros, tras la caída de las ventas de productos con glifosato, según dio a conocer la agencia de noticias EFE. Se reportó la reducción de los vólumenes de compra del herbicida en toda América, Europa, Oriente medio y África.

Para Bayer, la pérdida de ganacias tiene su explicación “ante todo en el retroceso masivo de las ventas de productos a base de glifosato”, el herbicida producido por Monsanto (bajo la marca Roundup), y que cada año se pulveriza sobre millones de hectáreas. La adquisición por Bayer del grupo norteamericano Monsanto en 2018, por más de 63.000 millones de dólares, ha resultado ser un lastre financiero para el grupo alemán.

El gigante alemán se ha visto confrontado a una lluvia de demandas judiciales en Estados Unidos por parte de antiguos usuarios de Roundup, considerado como “probablemente cancerígeno” por el CIRC (Centro Internacional de Investigación sobre el Cáncer), una rama de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Así, la firma tuvo hasta junio un beneficio neto de 291 millones de euros, un 90,3% menos que un año antes debido a que los resultados del segundo trimestre han sido peores de lo previsto tras la caída de la facturación de productos con glifosato.

Algunos números

Bayer sufrió en el segundo trimestre una pérdida neta de 1.887 millones de euros (pérdida de 298 millones de euros un año antes) por los números rojos en la división de fitosanitarios Crop Science (pérdida operativa de 2.207 millones de euros en el segundo trimestre), tras la caída de los volúmenes y de los precios de productos con glifosato.

La facturación en dicha división también se redujo en el primer semestre hasta 13.275 millones de euros (-11 % o -8,6 % descontados los efectos de los tipos de cambio y de cartera. Y es que Norteamérica, Latinoamérica, así como Europa, Oriente Medio y África, redujeron el volumen de negocios de los herbicidas en un 45,6 % en el segundo trimestre. Además, depreciaciones por valor de 2.301 millones de euros también lastraron el resultado en el segundo trimestre.

Sin embargo, la facturación se mantuvo estable en la división de farmacia, aunque el beneficio operativo bajó. El volumen de negocios y el resultado operativo también subieron en la división de medicamentos sin recetas.

Bayer revisó a la baja sus pronósticos a finales de julio y prevé una facturación de entre 48.500 y 49.500 millones de euros en 2023 (antes entre 51.000 y 52.000 millones de euros). Además, prevé un beneficio operativo bruto (Ebitda) antes de extraordinarios de entre 11.300 y 11.800 millones de euros (antes entre 12.500 y 13.000 millones de euros).

El declive del glifosato

Durante décadas, el glifosato fue considerado una herramienta esencial en la agricultura moderna debido a su eficacia en la eliminación de malezas. Sin embargo, a medida que aumentaron las preocupaciones sobre sus posibles efectos carcinogénicos y su impacto en la biodiversidad, surgieron críticas y demandas legales contra Bayer y otras empresas que producían productos con glifosato. Varios estudios científicos sugirieron una relación entre la exposición al glifosato y un mayor riesgo de enfermedades como el cáncer.

La firma alemana heredó la controversia del glifosato cuando adquirió la compañía estadounidense Monsanto en 2018. Desde entonces, Bayer enfrenta un flujo constante de demandas judiciales por parte de personas que alegan que el glifosato les causó enfermedades graves, incluido el cáncer. A medida que los tribunales comenzaron a fallar a favor de los demandantes y otorgar indemnizaciones millonarias, la reputación y pérdida de ganancias de Bayer se vieron afectada negativamente.

Misiones pionera en la materia

En este camino se destaca la importancia de considerar cuidadosamente los posibles efectos secundarios de los agroquímicos y la necesidad de adoptar prácticas más sostenibles en la producción agroalimentaria. En ese marco, la provincia sancionó una legislación que es pionera en Argentina: la ley de bioinsumos.

La norma establece un marco regulatorio que promueve el uso de bioinsumos en las chacras misioneras, fomentando la adopción de prácticas sostenibles y la reducción del uso de los agroquímicos. Misiones se ha convertido así en un referente en la búsqueda de soluciones innovadoras para los desafíos de la producción agrícola. Así, el uso de bioinsumos gana terreno en la tierra colorada donde más de 10 mil productores ya aplican estos productos en sus cultivos.

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