La periodista Ingrid Fedorischak hace un análisis de los daños irreparables que traen los conflictos bélicos en los más pequeños. No sólo a nivel físico, también psicológico.
En los últimos diez años, han muerto millón y medio de niños en conflictos armados, cifra que aumenta día a día ante el reciente conflicto Israel y Palestina.
UNICEF subraya que las consecuencias psicológicas de este fenómeno en niños y niñas son: agresividad, terror durante la noche, ansiedad y depresión, retraso escolar y aislamiento general. Además de sufrir tormento psicológico, el miedo a morir, inseguridad, sentimientos de soledad y abandono, explosiones de ira y violencia, trastornos de conducta, presentan trastornos del sueño. Podemos seguir enumerando un sin fin de cosas terribles que implican directamente a personas tan vulnerables que son privadas de lo más preciado que pueden tener en esas edades la inocencia de la niñez.
Algunos estudios apuntan que la exposición repetida al sonido de disparos y bombas son la causa principal de los problemas psicológicos de tres cuartas partes de los menores afectados
Los conflictos bélicos traen consecuencias psicológicas irreparables en los niños y niñas, los cuales no pueden visitar los servicios de salud, acudir a la escuela ni participar en actividades sociales, no pueden salir a jugar a la calle con sus amigos y por el alto grado de violencia, sufren presiones emocionales y tensiones psíquicas.
Algunos estudios apuntan que la exposición repetida al sonido de disparos y bombas son la causa principal de los problemas psicológicos de tres cuartas partes de los menores afectados, como consecuencia, gran parte de estos niños padecen trastornos en el sueño, ataques de pánico, dolores de cabeza o estómago, ansiedad y cambios en su personalidad hacia una conducta cada vez más agresiva.
Gran parte de estos niños padecen trastornos en el sueño, ataques de pánico, dolores de cabeza o estómago, ansiedad y cambios en su personalidad hacia una conducta cada vez más agresiva.
Según el análisis de especialistas muchas generaciones de niños, jóvenes no han conocido un día de normalidad y paz. Han sido obligados a abandonar sus hogares y marcharse a los campos de refugiados. Todo esto es confirmado por las declaraciones de la Directora ejecutiva de UNICEF Carol Bellamy: “Los acontecimientos traumáticos de la guerra pueden causar un daño irreparable sobre la confianza de los niños; también pueden incitarles a aceptar la violencia como un método adecuado para resolver los problemas y ensombrece su esperanza en el futuro”.
La guerra constituye un verdadero desastre, una emergencia o un caos provocado por el hombre
La guerra constituye un verdadero desastre, una emergencia o un caos provocado por el hombre, que determina una desorganización total de toda la sociedad, afectándola desde todos los puntos de vista.
Según un reporte de UNICEF los menores que conviven con la guerra están expuestos “a una tensión psicológica que aumenta cada día”, lo que ha provocado un cambio “radical” de sus vidas y sus comportamientos desde el inicio de la segunda Intifada.
Se han visto confinados junto a sus familias en sus hogares bajo el toque de queda, sin agua, electricidad y hasta sin alimentos.
Tal es así que la GUERRA ha traído consecuencias psicológicas irreparables en los niños y niñas que ya desde su primera infancia sufren presiones emocionales y tensiones psíquicas.
Está monstruosidad muestra con su peor cara un devastación física y espiritual.
En consecuencia ellos son los inocentes, víctimas de la guerra, así está monstruosidad muestra con su peor cara un devastación física y espiritual.
