Técnicos del Inym y productores se capacitaron en Paraguay. Las jornadas fueron organizadas por el Instituto y dictadas por la Dirección Nacional de Agroecología. Participantes destacaron la importancia de fomentar el modelo productivo. También, se abordó el aspecto comercial de la modalidad productiva.
Enriquecedora: así definieron los especialistas a la capacitación a campo sobre prácticas agroecológicas ligadas al cultivo de yerba mate. El evento tuvo lugar en la Reserva Deja Vú los últimos días de mayo, en el distrito de Natalio, Paraguay. La actividad social, económica y ambiental fueron los ejes de la reunión que busca potenciar, a largo plazo, la producción agroecológica yerbatera.
Fue organizada por el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) y la Dirección Nacional de Agroecología, del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación para técnicos y productores yerbateros. Participaron técnicos del Inym y productores locales.
La agroecología “es el camino”, dijo Nelson Dalcolmo, director por la Producción, quien reivindicó la decisión institucional de generar condiciones de yerbales sustentables. “Nos fijamos esta meta porque reúne todas las condiciones, es la herramienta más completa para una actividad social, económica y ambiental sostenida. Queremos que nuestros técnicos contagien esta forma de producir, cuidando la tierra, para que se sumen cada vez más productores”, agregó.
Al mismo tiempo, Marcelo Hacklander y Jonas Petterson enfatizaron en la importancia de la línea para el fortalecimiento del sector en su conjunto. También, del producto como alimento, dado que su abordaje es integral y contribuye al buen vivir de la sociedad.
“El gran desafío es cómo persuadir a que más personas se sumen”, señaló Eduardo Cerdá, director nacional de Agroecología. “Se enseña más con el ejemplo que con la palabra”, continuó. En este sentido remarcó que la producción de yerba mate es rentable y amigable con el ambiente.
Una actividad amigable con la naturaleza
Los anfitriones, Elizabet Carrera y Edgardo Scasserra, transmitieron un mensaje esperanzador. “Mi papá estaba enceguecido con la soja, pero nosotros sentíamos que no era lo que buscábamos, queríamos algo que integrara a la comunidad. Empezamos de cero. Con el manejo de yerba convencional, nos sumergimos en la agroecología“, afirmó la mujer. Ahora, buscan despertar el interés por la producción en otras personas.
Vinculado a esa experiencia, el productor y dirigente yerbatero Hugo Sand recordó que “mayo es el mes aniversario de los tractorazos que dio origen al INYM. Es una enorme satisfacción que la Institución impulse la agroecología. De la misma manera, es una enorme satisfacción la presencia del cacique de Peruti, Cristian Cabrera, ya que la yerba mate, es un legado de los guaraníes. Fueron ellos quienes nos enseñaron sobre la yerba mate”.
En la memoria, Sand ponderó a la RAOM, en la década del 80, como pionera en Misiones. “Tenemos que preguntarnos cómo enfocamos nuestra vida. Si nos consideramos dueños de la naturaleza, vamos al choque, seguimos destruyendo suelo, agua, monte; más cambio climático, y empeorará nuestra producción. Si nos integramos, si aceptamos que somos parte de la naturaleza, el resultado sin dudas será favorable para todos”.
Prácticas agroecológicas
La formación en agroecología se enmarca en el Plan Estratégico para el Sector Yerbatero y en respuesta a las exigencias actuales del cambio climático. Los 13 extensionistas del Servicio de Extensión Yerbatero del INYM iniciaron, con respaldo de la Dirección Nacional de Agroecología, una capacitación, en base los lineamientos de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura).
Los lineamientos abarcan clases teóricas y prácticas en el territorio. Mediante este curso, denominado “Herramienta para la Evaluación del Desempeño de la Agroecología”, los participantes adquieren conocimientos para implementar y estimar el avance de esta forma de producción.
Durante la primera jornada a campo, el martes 30 de mayo, los asistentes trabajaron grupalmente y luego recorrieron la propiedad. De esta manera, conocieron in situ cómo las prácticas agroecológicas están presentes en el lugar. Ello se lleva adelante con tres experiencias distintas: yerbal sin monte, yerbal con monte joven y yerbal con monte consolidado.
En la segunda jornada, el 31 de mayo, abordaron los aspectos económicos comerciales de la modalidad productiva. Con esta iniciativa se llevó adelante un trabajo grupal sobre prácticas, contexto y objetivos de la agroecología.
Generar conocimientos para un mejor desarrollo
“La biodiversidad nos hace más fuerte”. “¿Cómo podemos hacer para que los niños, en las escuelas, aprendan sobre este tema y luego lo implementen?”; “¿Cómo hacer que todos los actores de la actividad yerbatera, varios y complejos, abracen la agroecología?”; “¿La agroecología puede contener a todos?”. “¿Si es económicamente rentable, por qué no somos más?”; “Tiene que ser una causa colectiva y política”, fueron algunos planteos, frases y afirmaciones que se sucedieron y fueron respondidos durante el encuentro.
El encuentro se enmarca en una propuesta de capacitación que tiene como objetivo “generar un proceso de construcción de saberes y sistematización de información para el desarrollo de la agroecología, de carácter general, participativo y situado, para técnicos/as de campo y directores del INYM, y productores/as”.
El lugar
La Reserva Deja Vú es un proyecto familiar con más de 10 años de trayectoria en el cultivo de yerba mate y hierbas medicinales. El sitio utiliza prácticas que contribuyen a restablecer el equilibrio ambiental. Con la incorporación de árboles nativos se logra un yerbal bajo monte y con ovinos que controlan el exceso de vegetación de cobertura y proporcionan abonado.
Fueron recuperadas 300 hectáreas de suelos con la implantación de miles árboles nativos. De esta forma, se facilita la presencia de polinizadores e insectos aliados en la reconstrucción del ecosistema. También, se producen fertilizantes mediante un proceso de compostaje con agregado de microorganismo de monte y preparados biodinámicos. Así, se regenera la biodiversidad, evitan la erosión hídrica, y contribuyen a la recuperación del agua en todas sus formas.
Revalorización del legado Guaraní
Las capacitaciones son encabezadas por el director nacional de Agroecología, Eduardo Cerdá, y coordinadas por un equipo de la Dirección conformado por: Graciela Francavilla (de la misma Dirección); Ana Corral, (técnica del Instituto Nacional de la Agricultura Familiar, Campesina e Indígena); Marisa Fogante (trabajadora social y productora agroecológica en el nordeste del país), y Marcos Persia (ingeniero agrónomo y asesor en Agroecología y Agricultura Biodinámica).
