Motivadas por el cuidado del ambiente y una alimentación más saludable, las nuevas generaciones demandan productos diferenciados por sus procesos de producción y elaboración. Las prácticas agrícolas regenerativas se vuelven imprescindibles.
Especialistas del INTA compartieron su experiencia junto con Unilever en la Bioferia, el festival sustentable que se realizó del 19 al 21 de abril en el Hipódromo de Palermo. En la ocasión, resaltaron a la nutrición, el bienestar personal y el compromiso ambiental como algunos de los factores determinantes en las decisiones de compra de los jóvenes consumidores.
Frente a esta nueva ola de demandas y consumos más conscientes, las prácticas agrícolas regenerativas tienen un capítulo aparte. Cabe tener en cuenta que la industria evoluciona al ritmo de las preferencias de los consumidores.
José Portela, referente de agricultura regenerativa del INTA, reconoció que “hay una marcada tendencia en las preferencias de las nuevas generaciones de consumidores en el mundo y en la Argentina”. Así, cada vez más personas se inclinan por alimentos provenientes de sistemas productivos amigables con el ambiente y, por esto, diferenciados por su proceso de producción.
“Frente a este escenario de nuevas demandas, la agricultura regenerativa se presenta como una oportunidad”, subrayó Portela. Explicó que “se trata de una forma de entender y hacer la agricultura, enfocada en aprovechar la capacidad auto regenerativa de la naturaleza, a través de revitalizar sus procesos ecológicos”.
Según explicó, “mediante este manejo agronómico es posible lograr una productividad más eficiente en el uso de recursos naturales, con estabilidad en los rendimientos y una mejora en el ambiente”. Para esto, es “fundamental conservar el suelo vivo, con mucha actividad biológica y diversa”.
“Estas técnicas agrícolas tienen como objetivo armonizar la producción agropecuaria con las dinámicas de la naturaleza; se trata en definitiva de producir junto con la naturaleza”, completó. De allí la necesidad de involucrar tanto a la biodiversidad del suelo como aquella complementaria a los cultivos, como es el caso de los insectos polinizadores y controladores biológicos, aves, batracios, mamíferos y plantas nativas.
Centro Hortícola en la tierra colorada
Uno de los ejemplos más claros de producción de alimentos saludables con biotecnología de vanguardia se encuentra en la tierra colorada. Semanas atrás, en el Centro de Validación de Tecnologías Hortícolas, comenzó la cosecha de dos variedades de melón, el Rocío de miel y Holiday, que se cultivaron en la localidad de San Vicente.
Los melones, de hasta 4 kilos cada uno, se comercializarán en los mercados y municipios vecinos. Este producto hortícola tiene una particularidad especial: fueron cultivados por un sistema semi hidropónico.
Gracias a esta implementación, se suma una nueva opción para los productores de las chacras misioneras. El Centro lleva poco más de un año dedicado a la investigación y desarrollo en el campo de la horticultura. Con esta cosecha se alcanza un nuevo hito significativo para el autoabastecimiento de alimentos libres de agroquímicos.
La cosecha del cultivo de melones se suma, en el Centro Hortícola, a los exitosos desarrollos de tomates y pimientos. Además, se encuentra en proceso el trabajo con frutilla.
Sistema semi-hidropónico
La semi-hidroponía es un sistema de producción que al combinar lo mejor de un cultivo en suelo con lo mejor de la hidroponía permite que la planta tenga acceso a todos los nutrientes del suelo y esto acompañado de una nutri-irrigación. Este sistema permite mejorar la calidad, optimizar el espacio físico, aumentar rendimientos y reducir el uso de fitosanitarios.
Se trata de una técnica pasiva de la hidroponía, donde se colocan las raíces en un sustrato que sirve de soporte, en ese sustrato se aplica la solución de agua con los nutrientes necesarios para la planta.
Además, permite un mejor control de plagas y enfermedades, control de la calidad de los nutrientes, no requiere el uso de grandes extensiones de tierra, no depende de la calidad de los suelos, entre otras. También ayuda a evitar el aumento de las enfermedades causadas por hongos y bacterias y a prevenir lluvias y las heladas en las plantas.
El sistema semi-hidropónico es muy utilizado en Europa y se diferencia por posibilitar una mejor utilización del espacio de cultivo. Misiones adquirió este modelo para potenciarlo en el Centro de Producción Hortícola, con la colaboración de Biofábrica y el Ministerio del Agro y la Producción.
