A menos de un año de su ejecución, Misiones marcó un hito en la búsqueda de alternativas orgánicas que protejan el entorno y permitan alimentos de mayor calidad. Los bioinsumos sitúan a los productores a la vanguardia de la agricultura sustentable y la innovación.
La implementación de bioinsumos en la producción agrícola local demostró ser un cambio revolucionario. Estos compuestos orgánicos ofrecen una alternativa sostenible frente a los insumos químicos convencionales. Los beneficios se reflejan en la mejora de la salud del suelo, la reducción del impacto ambiental y la obtención de alimentos más saludables.
Con la promulgación de la ley de desarrollo y producción de bioinsumos a través del decreto 969 en junio de este año, Misiones dio un paso crucial en la consolidación de una agricultura sustentable. Esta legislación proporciona un marco regulatorio integral que abarca desde la investigación hasta la comercialización de productos biológicos.
Impulsada por el ingeniero Carlos Rovira, la iniciativa no solamente promueve el bienestar del entorno y de las personas, sino que también sitúa a los productores misioneros en la vanguardia de un modelo agrícola disruptivo y comprometido con la innovación. Este fue el punto de partida hacia la sustentabilidad agroindustrial.
Agro Sustentable y la revolución orgánica en Misiones
La propuesta comenzó a gestarse tiempo antes con la puesta en marcha de Agro Sustentable en el Parque Industrial y de la Innovación de Posadas (PIIP). Se trata de una empresa dedicada a la investigación, desarrollo, producción y venta de productos 100% orgánicos, destinados a mejorar el rendimiento de las plantaciones.
La firma elabora bioinsumos (Biofert GTG) y bioinsecticidas (Bioinsect), y trabajan en el desarrollo de complejos de microorganismos y fitorreguladores naturales. Además, recientemente incorporaron AgroTech, un área enfocada a brindar soluciones de tecnología para maximizar la producción sostenible.
En este aspecto, los productores misioneros juegan un rol fundamental, ya que son el corazón de la economía local. Gracias a esta nueva apuesta, constituyen la vanguardia con un modelo que los tiene como protagonistas del cambio en la forma de producir. Son pioneros del agro disruptivo.
Respaldo de la CABIO y el CONICET ante la ley de bioinsumos
El presidente de la Cámara Argentina de Bioinsumos (CABIO), Roberto Rapela, destacó la decisión de Misiones de impulsar una ley que regule y promueva el uso de fertilizantes y herbicidas de origen natural. De manera paulatina, estos irán reemplazando a los insumos de origen químico, que provocan daños en la salud, el suelo y el agua.
“No conozco ninguna otra provincia que haya tomado la iniciativa como Misiones. Pienso que, a los ojos de Argentina y del mundo, se va a posicionar muy bien. Además, planificaron una transición progresiva para que todos los productores puedan adaptarse y capacitarse con los nuevos productos biológicos“, subrayó Rapela.
Por otra parte, desde el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) se mostraron a favor de la normativa. La doctora en Bioquímica Vegetal María Marina, sostuvo: “Estoy convencida de que tenemos que utilizar estos productos para reducir las sustancias químicas, como ya lo hacen en Misiones”.
Subrayó la importancia de la divulgación e impulso al desarrollo científico a través de herramientas legislativas. “Así, el tema comienza a tener una aparición mediática y, en función de eso, una mirada de la población”, explicó la investigadora a canal12misiones.com.
Científicos locales apoyaron la propuesta
Pedro Zapata integra el equipo del Laboratorio de Biología Molecular, dependiente del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM). Científicos y estudiantes conforman el grupo de trabajo que se desempeña en la investigación de diversos temas, entre ellos los bioinsumos.
Se refirió a la ley de promoción de bioinsumos y sostuvo que “la agricultura sustentable requiere un cambio de paradigma”. Señaló que, para lograr esta transformación, se deben modificar los viejos hábitos y fijar nuevos objetivos de cultivo donde ya no se erradique una especie para lograr el desarrollo de otra.
“Es muy importante que la provincia haya establecido el reemplazo gradual de los compuestos que se usaban antes”, afirmó Zapata. Consideró que aún queda mucho por investigar y desarrollar, con el objetivo de continuar en búsqueda y obtención de productos alternativos.
Miles de productores dan fe del rendimiento de los bioinsumos
Los productores agrícolas utilizan insumos orgánicos en sus cultivos debido a su potencial para mejorar la sostenibilidad ambiental, salud del suelo, calidad de los productos y cumplir con regulaciones del mercado. También para implementar prácticas de manejo integrado de plagas y enfermedades más sostenibles.
Esta ley propuso un reemplazo paulatino de productos químicos. El proceso tiene como fin alcanzar mejores producciones al tiempo que disminuye la cantidad de sintéticos. De eso se trata la transición de dos años planteada. Quienes buscan esa sustitución requieren de tiempo para cambiar costumbres o comportamientos.
Hasta agosto de 2023, se contabilizaron alrededor de diez mil productores misioneros que ya utilizan bioinsumos. Así lo indicó a Canal 12 Matías Imperiale, director operativo de Agro Sustentable, quien además destacó la diversificación de cultivos ya que esto les permitió tener experiencia sobre muchas zonas y especies.
Anticipó que el objetivo es afianzarse en el mercado nacional hasta expandirse a toda Latinoamérica y Europa. Recientemente firmaron convenio con la Confederación Española de Jóvenes Empresarios (CEAJE), que ya los hizo valerse de un galardón por el desempeño como impulsores de la innovación y la sostenibilidad en la agricultura.
El mercado demanda alimentos producidos con bioinsumos
La investigación y el desarrollo de insumos orgánicos para potenciar la producción en los cultivos de manera más saludable es un hecho en Misiones. Mediante la ley de promoción de bioinsumos, la provincia busca frenar el uso de sustancias sintéticas y los efectos nocivos tanto en el ambiente como en la salud de las personas.
El cambio surge por la necesidad de reducir el uso de fertilizantes y pesticidas de origen químico. Estos tienen consecuencias que se ven reflejadas en el ambiente y en los humanos, desde aquel que manipula el producto en el campo hasta el que consume de los cultivos.
Otra de las ventajas tiene que ver con el valor de los orgánicos en el mercado. Esto se da a partir de la demanda de los consumidores por alimentos más sanos, que a la vez colabora con detener significativamente los daños ocasionados. En pocas palabras, un producto orgánico sale más caro que uno producido de forma convencional.
Años atrás, el incremento del uso de químicos para combatir las plagas, prevenir enfermedades y cubrir las necesidades nutricionales de las plantas, impulsó la producción pero también trajo consecuencias. El uso masivo hizo que se fabriquen muchos insecticidas y pesticidas nocivos para el suelo, el agua, el aire y las personas.
Sin embargo, con el paso del tiempo, la ciencia comenzó a buscar alternativas agrícolas que generen resistencia en los cultivos y mayor capacidad productiva sin ocasionar daños. Es un avance que logró dar pasos firmes en la industria, con el objetivo de lograr un mejor impacto.
Auge del uso de bioinsumos en la agricultura
Tras un nuevo encuentro de la Comunidad de Agronegocios en Argentina durante noviembre, expertos, técnicos y asesores agrónomos debatieron sobre los alcances de los insumos biológicos en el mercado mundial. En ese aspecto, aseguraron que cada vez más productores eligen usarlos para potenciar sus cultivos.
Según los participantes convocados por el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, en los últimos años se puede afirmar que existe un incremento de entre 10 y 12% de uso de bioinsumos. Esto representa alrededor de 8 mil millones de los ingresos para la categoría de agroinsumos en el mundo y poco más de 90 millones de dólares en el país.
